Ilustración de Pawel Kuczynski, fragmento.

Guerra mediática: hegemonía comunicacional e ideología

Armando Carballal Cano

Maestro en Estudios Latinoamericanos por la UNAM

La producción de información y conocimiento configuran relaciones de Poder1. La circulación de información en el mundo moderno permite el conocimiento de sucesos acontecidos en cualquier parte del mundo en muy poco tiempo. Sucesos que marcan la agenda en el nivel nacional como en el internacional durante la Modernidad y Modernidad Tardía2; en ocasiones desde una posición crítica, en otras bajo perspectivas de clase o estamentales definidas, pero el desarrollo del capitalismo moderno y la configuración del poder y sus resistencias no se entiende sin los medios de comunicación masivos y, sobre todo en épocas recientes, sin los nuevos medios digitales y/o redes sociodigitales, particularmente en tiempos de guerra en Europa.

 

Medios y poder
El fenómeno de concentración mediática en unos pocos monopolios privados de la información tiene repercusiones en la calidad e impacto de la misma, que no puede medirse sólo en términos monetarios3 sino en cuanto a producción de poder simbólico:

 

El discurso tiene efectos y fines que trascienden una mera utilidad transaccional. Ofrecer y consumir discursos puede adquirir una dimensión espiritual y esto significa que nunca se puede ni remotamente considerar una televisión o un teléfono móvil meramente como una tostadora de pan que no tuesta pero, en su lugar, muestra imágenes y sonido. Ya sea que pensemos en una canción, una película, un discurso político o una conversación privada, estamos considerando formas que tienen el potencial de modificar sensibilidades y cambiar vidas […] Hoy en día, las industrias de la información se encuentran enquistadas colectivamente en nuestra existencia de una manera sin precedentes en la historia industrial, e incluyen todas las dimensiones del ámbito nacional y personal, así como el aspecto económico y, también, aquellos de índole expresiva y cultural, social y política; además de ser integrales a todas nuestras transacciones, éstas deciden quién de nosotros puede ser escuchado o visto y cuándo.4

 

Lo que sí crean las redes de medios globales son formas de poder a escala planetaria, al repercutir en los temas y orientación noticiosa. Se genera un fenómeno mediático circular: los medios hablan de los medios, medios que se repiten, se justifican, se copian y legitiman entre sí; se autonombran como referencias, conformando una esfera comunicacional autolegitimada5. Para el filósofo latinoamericano Enrique Dussel, “la potencia de la mediocracia: que fabrica infaliblemente la interpretación de toda acción o institución política […] Es sabido que la interpretación del acontecimiento es la que puede crear la conciencia de las multitudes: la opinión pública manipulada”6.

 

Al igual que sucedió con la ampliación de la oferta informativa a través de los avances tecnológicos del siglo XX, las ilusiones que generaron las nuevas tecnologías digitales en la era de internet suelen enfatizar la diversificación de opciones, aunque las líneas informativas se mantengan casi siempre dentro de ciertos márgenes interpretativos “comunes”. De ahí que más medios y mayor acceso no se traducen necesariamente en diversidad ideológica.

 

Se ejerce una uniformidad, matriz única que parte de una visión del mundo particular, general y universalizable7. A decir de dicho modelo, los medios de comunicación privados, principalmente aquellos procedentes de Europa o Estados Unidos, no están ideologizados ni son propaganda ni manipulan de ninguna forma: son (o deberían ser) independientes independientes, imparciales, veraces, libres. Es el mito de la prensa liberal como Cuarto Poder, el perro guardián de la democracia, de las libertades, de la pluralidad. Una visión desarrollada en el último siglo que evade problematizar la vinculación económica con intereses privados nacionales y globales, ligada a la concentración corporativa de los medios privados8.

 

Divergencia ideológica y geoestratégica Es en este contexto que algunos canales internacionales de noticias desarrollan su actividad en el siglo XXI, en un ámbito global, además de televisión convencional y presencia digital, para disputar el poder9 del discurso o narrativas ideológicas10, como los proyectos Russia Today, Al Jazeera o TeleSUR. Para John Thompson: “Desde luego, los sistemas simbólicos dominantes (lo que algunos llaman “ideologías”, aunque en la actualidad muchos prefieren llamarlos “discursos”) no pueden explicar todos los movimientos de los individuos” 11, pero tampoco puede obviarse su importancia en las relaciones de poder; en este caso, logrando exponer en el plano global a un régimen a la condena internacional, y al aislamiento económico y político12 .

 

Entendemos por ideología “los sistemas simbólicos dominantes (lo que algunos llaman “ideologías”, aunque en la actualidad muchos prefieren llamarlos ‘discursos’)”13.

 

Escasa divergencia

Al respecto, el argentino Ernesto Laclau considera que: “a través del monopolio de los medios hay ciertas voces que  se oyen sistemáticamente y otras que se omiten. Ahora,
no es cuestión de llegar al ideal de la información absolutamente neutral. La información nunca va a ser neutral” 14: la información no tiene por qué ser neutral (muy a pesar del casi monopólico grupo editorial El Mercurio, del empresario Agustín Edwards Eastman. Para más detalles, véase el apartado: “Chile. Los medios: armas de la guerra encubierta”, en La guerra secreta de las noticias. Desinformación en América Latina, Praga, Organización Internacional de Periodistas/ Federación Latinoamericana de Periodistas, 1988 mito periodístico), lo importante es identificar cuáles son y a qué obedece su parcialidad.

 

La disputa por la imagen

Para los medios hegemónicos de Estados Unidos de América, el lingüista estadounidense Noam Chomsky ha dedicado parte de su producción intelectual a describir el funcionamiento de un modelo de propaganda en “sociedades democráticas”, en comparación a otros basados en el control de la información desde el Estado15. Uno de los puntos del modelo analizado por Chomsky es la tendencia mediática de valorar positivamente las razones de Estado, especie de patriotismo informativo que conlleva a impulsar los principios democráticos estadounidenses y de los buenos propósitos de su ideario y sus voceros; “en la categoría de factores de apoyo nos encontramos, en primer lugar, con el patriotismo elemental, el acuciante deseo de pensar bien de nosotros mismos, de nuestras instituciones y de nuestros dirigentes” 16.

 

Pero algunos medios de comunicación en los últimos 20 años han sido desarrollados con una visión del mundo acorde con sus orígenes nacionales y/o geoestratégicos, que son parte de proyectos informativos con usos políticos, al ser principalmente financiados con fondos gubernamentales, para competir y contrastar la información generada desde los grandes medios internacionales privados, los cuales tradicionalmente han sido considerados referentes informativos. Es en este contexto mediático que las reacciones a la invasión rusa a Ucrania incluyen la desconexión de algunos medios análogos y sociodigitales como RT o Sputnik News, dentro de los márgenes geográficos europeos, pero también en plataformas tecnológicas globales como Youtube o Facebook.

 

La comunicación e información desde los medios análogos o digitales, y a pesar del discurso globalizador, sigue siendo en el siglo XXI, terreno de disputa simbólica e ideológica.

 

 

 

Referencias:
1. “El hecho de que la política se desarrolle fundamentalmente en los medios de comunicación no significa que otros factores no sean importantes a la hora de decidir el resultado de las batallas políticas; tampoco que los medios de comunicación ostenten el poder. No son el Cuarto Poder. Son mucho más importantes: son el espacio donde se crea el poder.” En Castells, M. (2012). Comunicación y poder. México DF: Siglo XXI, p. 262.


2. Tal y como lo sostiene John B. Thompson (2010): “el desarrollo de los medios de comunicación –desde las primeras formas de impresión hasta los recientes tipos de comunicación electrónica– constituye una parte integral del surgimiento de las sociedades modernas. El desarrollo de los medos de comunicación se mezcló de manera compleja con un determinado número de procesos de desarrollo paralelos que, tomados conjuntamente, constituyeron lo que hemos convenido en llamar la [modernidad]”. En Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación, Madrid: Paidós, p. 15.

 

3. Dice Tim Wu (2016): “En una industria de la información, el costo del monopolio no debe medirse en dólares solamente. También debemos considera su efecto sobre la economía de las ideas y las imágenes; las restricciones sobre este aspecto puede, en el última instancia llegar al grado de censura”. En El interruptor principal. Auge y caída de los imperios de la información. México DF: FCE, p. 97.

 

4. Wu, T. (2016). El interruptor principal. Auge y caída de los imperios de la información. México DF:FCE, p. 393.


5. Pierre Bourdieu lo aborda como “circulación circular de la información”, pues “los titulares de una publicación se repiten más o menos modificados en las otras. Lo mismo sucede con los informativos televisivos o radiofónicos de las cadenas de gran difusión: en el mejor de los casos, o en el peor, sólo el orden de las noticias cambia […] Esta especie de juego de espejos que se reflejan mutuamente produce un colosal efecto de enclaustramiento, de aislamiento mental”, en Bourdieu, P. (2007). Sobre la televisión. Barcelona, España: Anagrama, p. 30 y 32.

 

6. Dussel, E. (2015). Filosofías del Sur. Descolonización y Transmodernidad. México DF: Akal, p. 78.

 


7. Véase Ramonet, I (2000). Pensamiento único vs Pensamiento crítico, Madrid, España: Le Monde Diplomatique / Editorial Debate, pp. 15-16.

 

8. Conocido el caso chileno de El Mercurio: este periódico convivió sin problemas con la dictadura pinochetista (1973-1990), siendo, de hecho, antes, instigador del golpe de Estado y férreo opositor del gobierno socialista de Salvador Allende (1970-1973). Aún circula como el principal diario de Chile.

 

9. “No es que toda la política pueda reducirse a imágenes, sonidos o manipulación simbólica, pero, sin ellos no hay posibilidad de obtener o ejercer poder”, nos recuerda Manuel Castells (2009). La era de la información. Economía, sociedad y cultura. Volumen II: El Poder de la Identidad. México DF, Siglo XXI, p. 343.

 

10. Que no ha sido superado: “El nivel fundamental de la ideología, sin embargo, no es el de una ilusión que enmascare el estado real de las cosas, sino el de una fantasía (inconsciente) que estructura nuestra propia realidad social. Y en este nivel, estamos, claro está, lejos de ser una sociedad posideológica”, en Zizek, S. (1992), El sublime objeto de la ideología. México DF: Siglo XXI, p. 61.

 

11. Thompson, J. (2010). Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación. Madrid, España: Paidós, p. 272.


12. Íbid, p. 197.


13. Thompson, J. (2010). Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación. Madrid,España: Paidós, p. 272.


14. En Schuliaquer, I. (2014). El poder de los medios. Seis intelectuales en busca de definiciones. Buenos Aires, Argentina: Capital Intelectual, p. 75.


15. Véase principalmente Chomsky, N. y Herman, E. (2003). Los guardianes de la libertad. Propaganda, desinformación y consenso en los medios de comunicación de masas. Barcelona, España. Crítica.


16. Chomsky, N. y Herman, E. (2003). Los guardianes de la libertad. Propaganda, desinformación y consenso en los medios de comunicación de masas. Barcelona, España. Crítica, p. 351.

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