Envolturas del cuerpo maya

Mario Humberto Ruz Sosa. Fotografía: Myriam Corte| Gaceta Políticas
Existe un amplio número de comunidades mayas desde el Istmo de Tehuantepec hasta Honduras, hecho por el cual no todos los pueblos se conciben de la misma manera y por ende su cosmovisión es diversa. Así lo indicó el doctor Mario Humberto Ruz Sosa, director del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL), quien abordó algunos componentes de la percepción que tienen los mayas sobre el concepto de persona.
Para el especialista, los elementos más sobresalientes en la percepción maya son el cuerpo, los alientos vitales, el ánma, el lab, la sombra, el nombre, el wa, los tona(s), los nahuales y el pixán.
Destacó el componente “cuerpo” y lo explicó a partir del Popol Vuh, donde se determina que está formado por maíz y contiene la sangre de la culebra.
El ponente detalló que gracias a textos de españoles se sabe que los mayas tenían un afán por adornar los cuerpos, particularmente con plumas y aromas de perfumes. Por ejemplo, Fray Tomás de la Torre, integrante del grupo de Fray Bartolomé de Las Casas y quien hizo una descripción del tránsito desde las costas de Campeche hasta Chiapas, en sus textos dice que todo lo que visten los pueblos mayas es labrado con plumas de diversos colores y algodón de colorado.
Ruz Sosa añadió que para los mayas el vestido no sólo era una segunda piel que envolvía los cuerpos sino también un cosmograma con interpretaciones que podían ser leídas y entendidas por la comunidad maya. Un ejemplo es el huipil de Santa María Magdalena, compuesto por diamante-mundo, en el cual dentro de las piedras aparece un sol, en las esquinas se representa la milpa, en las mangas se lee la siembra del maíz y del frijol, en la parte de abajo se observa a la tierra como la comunidad y, por último se admira la firma de las tejedoras.
El estudioso también describió cuatro elementos fundamentales en la concepción de “persona”, todos constitutivos de la identidad maya: los alientos vitales, el ave del corazón, el chulel y el lap.

Fotografía: Myriam Corte| Gaceta Políticas
Los tonas, precisó, son los animales que mantienen un vínculo significativo con los sujetos de la comunidad maya. Cada persona nace con un tona previamente elegido por Dios. Si alguien le hace daño al animal el hombre también sufre, pues uno es guardián del otro. No se trata de un lazo temporal sino de una relación indisolublemente ligada, comparten el alma. Los nahuales son los animales concebidos por buenos compañeros, pero no establecen vínculos tan grandes como los tonas.
El expositor mencionó que la llegada de los frailes y el intento de evangelización en las comunidades mayas afectó la percepción de éstos sobre el cuerpo humano. Al respecto destacó la formación del pensamiento de cuerpo, alma y pecado. De ahí que el pixan es un componente relacionado con los muertos y que se practiquen costumbres específicas.Por ejemplo, en Yucatán se entierra a la gente con el cordón de San Francisco de Asís amarrado a la mano del difunto, este elemento establece que los fallecidos lo jalan para subir al cielo
En algunos pueblos el cementerio mira de frente a las iglesias y la calle que las une se llama de los muertos porque en la noche salen los espíritus a caminar.
En San Luis Potosí se han mantenido las danzas con máscaras para liberar a los espíritus; la familia del difunto pinta en la parte posterior interna de la máscara el nombre del difunto.
El culto a los muertos en Pomuch, un pueblo ubicado en Camino Real de Campeche, en comparación con Mérida, es distinto, porque mientras en un lugar los huesos del difunto se exhuman y se parten en pedazos, en otro los familiares cada año sacan los huesos de las tumbas, los limpian y los ponen en una caja envuelta en un mantel con su nombre y flores bordadas.
Por último, el doctor Sosa dijo que falta mucho trabajo por realizar en antropología. Subrayó la necesidad de elaborar más estudios etnográficos que auxilien a la investigación y no abordajes hermenéuticos que sólo interpreten y analicen las labores antropológicas.