El poder de la literatura frente a la criminalidad

Jorge Volpi Escalante. Fotografía: Myriam Corte| Gaceta Políticas
Los hechos reales que se narran en Las elegidas forman parte de una historia espeluznante. Es una muestra de esa tradición secular de trata de mujeres y de prostitución que se vive en Tenancingo, un pueblo de Tlaxcala, México, al parecer desde tiempos prehispánicos, y que da cuenta de una de las aristas de las llamadas “violencias extremas”.
Así se expresó Jorge Volpi Escalante, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, al hablar acerca de su libro, presentado en la Facultad en el marco de los trabajos de la “Cátedra Trata de Personas”, a cargo de Mario Luis Fuentes.
En una mesa presidida por Angélica Cuéllar, directora del plantel, en la que también participaron Alberto Vital, coordinador de Humanidades y Leticia Cano, directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social, y ante una audiencia que colmó la Sala Fernando Benítez, el escritor señaló que el tema de su obra muestra una de las caras de una industria de la violencia tan fuerte como la del comercio de armas o el narcotráfico. De hecho, informó, los cuatro o cinco criminales más buscados por Estados Unidos por trata son de Tenancingo.

Presentación del libro Las elegidas. Fotografía: Myriam Corte| Gaceta Políticas
Volpi agregó que en este trabajo se reafirma el poder de la literatura frente a los conflictos sociales y la criminalidad, en particular hacia un fenómeno que se ubica como la esclavitud de nuestros días. Precisó que la literatura, sin lugar a dudas, tiene una función social y puede hacer conciencia en el lector para que el delito no siga expandiéndose.
En su momento, Alberto Vital aseguró que éste es un texto literario extraordinario, con tema estremecedor, escrito en prosa poética y en verso, que logra hacer que personajes con una vida muy poco poética se vuelvan poéticos; es decir, aunque el fondo de este libro es muy duro, el autor logra con su escritura entregar al lector una experiencia estética portentosa, detalló.
Mario Luis Fuentes indicó que el texto permite la comprensión de lo que implica una de las violencias más profundas, aquella en la que se da el rompimiento de un ser; donde lo humano parece caer en un abismo; donde personas involucradas en una serie de delitos pierden su humanidad.
Por su parte, Leticia Cano sostuvo que los crímenes de esta índole y la impunidad no se deben naturalizar ni ser elementos que nos acompañen cotidianamente.