La corrupción le cuesta mucho dinero al mundo
*Mesa 4, «Anticorrupción e integridad para un buen gobierno»
Por Itzel Zárate

María Rivera. Foto: Juan de Dios Garza.
Los gobiernos del siglo XXI deben construirse sobre tres pilares fundamentales: transparencia en el manejo de recursos, mecanismos claros de rendición de cuentas y pleno respeto a los derechos humanos, afirmó María Rivera, secretaria del Programa Universitario de Gobierno (PUGOB) de la UNAM, al moderar la mesa 4: “Anticorrupción e integridad para un buen gobierno”.

Iraís Barreto. Foto: Juan de Dios Garza.
En su presentación la doctora Iraís Barreto Canales, titular de la Unidad de Anticorrupción y Buen Gobierno, compartió datos reveladores: «Según estudios internacionales, la corrupción le cuesta al año, al mundo, aproximadamente el 5% de su PIB (Producto Interno Bruto)». La experta detalló que su equipo está implementando un cambio de paradigma, pasando de un modelo reactivo que sólo sancionaba los actos de corrupción ya consumados, a uno preventivo, que incorpora innovaciones tecnológicas. «Estamos digitalizando procesos y desarrollando plataformas accesibles porque queremos que cualquier ciudadano pueda reportar irregularidades con la misma facilidad con que envía un mensaje por WhatsApp», explicó.

Sonia Venegas. Foto: Juan de Dios Garza.
En su momento, Sonia Venegas, directora de la Facultad de Derecho, ofreció una perspectiva histórica sobre el concepto de buen gobierno, remontándose a sus orígenes en la antigua Grecia, hasta ubicarse en la actualidad. «Aunque la corrupción no es un fenómeno nuevo, en nuestra época adquiere dimensiones especialmente preocupantes al erosionar los cimientos mismos de la democracia», advirtió. Para enfrentar este gran desafío, propuso una estrategia triple: formación ética rigurosa para los servidores públicos, sistemas robustos de control interno y, especialmente, la participación de una ciudadanía informada y vigilante.

Armando Tomé González. Foto: Juan de Dios Garza.
Por su parte, el doctor Armando Tomé González, director de la Facultad de Economía, amplió el enfoque del debate al señalar que «la corrupción no es un mal exclusivo del sector público, sino que daña también al ámbito privado y a la sociedad en general». Desde su experiencia como académico, subrayó la importancia de inculcar valores éticos desde las aulas universitarias. «En nuestra Facultad nos esforzamos por transmitir a los estudiantes que el servicio público es exactamente eso, un servicio, no un privilegio, ni mucho menos, sino una oportunidad de enriquecimiento personal», sostuvo.

Guillermo Valls. Foto: Juan de Dios Garza.
Finamente, el magistrado Guillermo Valls, presidente del Tribunal de Justicia, cerró el ciclo de intervenciones con un mensaje contundente: «Si las acciones no inciden en el interés general del pueblo, no se puede hablar de un buen gobierno real”. Asimismo, reconoció los avances significativos logrados en los últimos años, pero hizo un llamado a fortalecer la colaboración entre instituciones gubernamentales, empresas privadas y organizaciones sociales.
«Extiendo una invitación abierta a todos los presentes para que asistan a las sesiones de nuestro tribunal, porque solo comprendiendo cómo funciona el sistema podremos mejorarlo», propuso durante su participación.
Los ponentes coincidieron en que la construcción de un gobierno honesto y eficiente requiere del compromiso conjunto de todos los actores sociales, autoridades que ejerzan su cargo con integridad, ciudadanos que participen activamente en la vigilancia del quehacer público, e instituciones sólidas capaces de garantizar transparencia. Aunque reconocieron que el camino por recorrer es largo, destacaron que herramientas como la transformación digital, la educación en valores y los mecanismos de participación ciudadana representan aliados fundamentales para avanzar hacia una sociedad más justa y transparente.