Venezuela bajo cerco económico

El embajador Francisco Correa habló de a situación en Venezuela, la postura de México y el intervencionismo norteamericano en AL. Imagen: Cointelagraph
Venezuela se encuentra bajo un cerco económico como el que le fue aplicado a Cuba a partir de 1960, subrayó el embajador Francisco Correa en la conferencia La primacía del derecho internacional en la política exterior de México, al tiempo que describió esta situación como “una política de sitio del siglo XXI”.
El diplomático, maestro en Administración Militar de Seguridad y Defensa Nacional, aseveró que incluso el gobierno de Estados Unidos no ha descartado la posibilidad de intervenir de forma armada en dicho país, práctica que ha realizado en 56 ocasiones en distintas naciones de América Latina.
Explicó que el no intervencionismo está vigente en nuestro país, pues se inscribe en el artículo 89, párrafo 10 de la Carta Magna, donde se obliga al poder ejecutivo a respetarlo; asimismo, el embajador señaló que este principio se encuentra establecido en la Carta Democrática de la OEA, por lo que su cumplimiento resulta esencial para el desarrollo armonioso de las naciones.
Al tiempo, Correa hizo un recuento sobre los cambios más importantes de la política exterior a nivel mundial, desde la Guerra Fría hasta la actualidad. Recalcó que la manera en la cual China, Estados Unidos y Rusia se han impuesto de forma armada y violenta sobre otras naciones, es una muestra evidente de las violaciones a los derechos internacionales.
También en este marco, el embajador la situación actual en Venezuela, país que desde el pasado 23 de enero se encuentra en medio de una nueva crisis política, donde Nicolás Maduro y Juan Guaidó se disputan la legitimidad del cargo del poder ejecutivo nacional.
Al respecto, señaló que de acuerdo con el Derecho Internacional y con base en la Política Exterior de México, la respuesta ofrecida por el gobierno mexicano hacia la crisis política en Venezuela no fue suficiente y que la postura de nuestro país no fue de su estatura internacional, ya que el principio de no intervención no es un sinónimo de protesta ante las políticas invasoras.