Tenemos el poder, 50 años de Avándaro

Cartel Festival de Avándaro. Foto: Javier Torrija Alvarado.
Myriam Corte
“Me aterré con las fotos del seudo Woodstock, 150 mil gentes, las mismas que no protestaron por el 10 de junio, enloquecidos porque se sentían gringos. El horror. ¿Ya no será posible consolidar la idea de nación, de país? ¿Qué es la nación de Avándaro? Grupos que cantan en un idioma que no es el suyo canciones inocuas; rechazo a la Guerra de Vietnam, pero no a la explotación del campesino mexicano; pelo largo, astrología, pero no lecturas y confrontación crítica. Creo que la nación de Avándaro es el mayor triunfo de los mass media norteamericanos; es el Mr. Hyde de artículos, reportajes y crónicas sobre Woodstock; es uno de los grandes momentos del colonialismo mental en el Tercer Mundo”.
Así fue como el escritor Carlos Monsiváis describió los hechos ocurridos en el Festival de Rock, el 11 y 12 de septiembre de 1971, en Avándaro, Estado de México. Originalmente éste tuvo por nombre Festival Rock y Ruedas de Avándaro, el cual tenía como fin llevar a cabo una carrera de autos, acompañada de la música de algunos grupos de rock.

Jorge Meléndez. Foto: Myriam Corte.
Pero ¿Qué fue lo que pasó realmente en Avándaro? ¿Fue un festival donde los excesos (drogas, sexo y rock) figuraron? ¿Quiénes acudieron? Para contestar estas y otras preguntas, los periodistas Jorge Meléndez y Humberto Mussachio, acompañados del profesor Leonardo Figueiras, y del músico Danny Boy, participaron en la charla, 50 años del Festival de rock Avándaro. Lo vivido en 1971, organizado por el Seminario Interdisciplinario de Comunicación e Información (SICI).
Lo único que ocurrió en Avándaro aquellos días fue que jóvenes de distintas partes del país, y familias, acudieron a la zona de Valle de Bravo a divertirse, comentó Mussachio. “La gente estaba feliz, comenzaron a tocar los grupos y ese era el estado de ánimo de los asistentes. El festival era un símbolo de alegría para una generación herida, pues la matanza del 2 de octubre tenía tres años de haber ocurrido, y la matanza del Jueves de Corpus, el 10 de junio, conocida también como el Halconazo, tres meses”, recordó el ponente.
Tanto Mussachio como Jorge Meléndez acudieron a cubrir el Festival, enviados por el periódico El Universal. Durante su cobertura señalaron que la crítica más fuerte de los asistentes fue que los alimentos y bebidas no fueron suficientes, pues los organizadores concibieron una asistencia de 20 mil personas, sin embargo, esta cifra se rebasó 10 veces, lo que ocasionó que la carrera de autos se suspendiera y solo se realizara el festival de música.

Humberto Mussachio. Foto: Myriam Corte.
La sorpresa fue que al día siguiente todos los periódicos difundieron la versión oficial del gobierno, a cargo del expresidente Luis Echeverría Álvarez, la cual indicaba que había sido un festival donde todos estaban tomados, drogados y practicando masivamente el sexo al aire libre. El trabajo de Mussachio y Meléndez no fue publicado, recordaron.
Lo que se dio a conocer fue la versión oficial de la presidencia de la República, que no tenía nada que ver con lo que realmente pasó. Mucho se ha hablado de la “encuerada de Avándaro”, así como de las letras de las canciones, que para la época incomodaron la moral de muchos, por ejemplo: “Tenemos el poder o Marihuana…Mari…Marihuana”, del grupo Peace and Love. Recordemos, expresó Meléndez, que en aquellos años se reprimía su uso y ahora ya es muy común.
Sin embargo, añadió, es importante recalcar que esa generación estaba muy lejos de ser lo que en ese momento difundió la presidencia; esa juventud se había ya enfrentado a muchas situaciones, y se había abierto paso a restricciones impuestas. “Avándaro fue una puerta de apertura, trató de ser un cambio en las libertades y expresiones”.