Ser atleta y estudiante es una gran hazaña

Por Mario Vargas

“Ser competitivo en un deporte siempre es una tarea complicada, ya que requiere mucha preparación física y psicológica; además, representar a la máxima casa de estudios todos los días, al ponerme el uniforme con su escudo, es bastante bello, es algo incomparable”, destacó en entrevista para Gaceta Políticas, Emiliano García Ojeda, deportista de Rugby, ganador del Premio Puma 2021.

 

A sus 22 años es alumno de la carrera de Relaciones Internacionales en la Facultad y parte del equipo representativo de la Universidad, el cual se estará disputando próximamente la Universiada Nacional en Ciudad Juárez, Chihuahua, una de las competencias más importantes en el país.

 

Estudio y deporte
La vida académica es un reto importante, y a la par, ser atleta de alto rendimiento es una gran hazaña, explicó Emiliano, pues es demandante entrenar, así como cuidar los tiempos para distribuirlos adecuadamente, rechazando convivencias con amigos para estar en condiciones adecuadas para la práctica deportiva.

 

Retos ante la pandemia
La pandemia de la Covid-19 es un fenómeno que cambió la vida de la humanidad y la dinámica de entrenamiento de Emiliano. Para él, el apoyo a un deportista es fundamental para alcanzar grandes logros, acompañado de un gran esfuerzo y compromiso. Por ello, destacó que el soporte que le brindó su madre para entrenar en casa durante el confinamiento, igual que el equipo que le facilitó la directiva de la universidad para ejercitarse en su hogar, fueron fundamentales para no perder práctica y continuar cumpliendo con sus objetivos.

 

Aunado a esto, señaló el estudiante, se presentó la oportunidad de entrenar en el extranjero por seis meses durante el segundo año de la contingencia sanitaria, lo cual, de acuerdo con sus palabras, generó un giro positivo en su carrera deportiva.

 

En retrospectiva, en el primer año de la pandemia lamentablemente se cancelaron las competencias, sin embargo, la preparación del joven no se detuvo, pues siempre contó con el sostén de su entrenador, quien lo guío durante esos días de fogueo en casa.

 

Iniciando el segundo año de la emergencia de salud surgió una competencia, comentó nuestro entrevistado, por lo que los integrantes del equipo retomamos los entrenamientos, seccionando al grupo, y preparándonos en burbujas de siete personas, todo con estrictas medidas de prevención.

 

Así, sin importar las adversidades, un atleta de alto rendimiento se debe adaptar a los cambios que se presenten en cualquier sentido; esta vez fue un fenómeno mundial que modificó todo, por lo cual la actitud y el compromiso son piezas clave para ser los mejores, resaltó Emiliano. “Quiero ser el mejor para mí; esto significa que si el de enfrente me gana porque es mejor, no hay nada qué hacer; pero si él me supera porque yo debía hacer algo mejor, como entrenar más, o porque cometí algún error técnico, ahí sí me dolería”.

 

El año pasado se llevó a cabo una importante competencia, denominada Sietes, para la cual Emiliano se preparó y ganó un segundo lugar, por lo cual la Universidad reconoció su esfuerzo con el Premio Puma 2021. “Cuando recibí el premio sí fue un golpe de realidad, porque mucha gente me criticaba y decía que estaba muy chiquito y flaquito para dicho deporte de bestias y, sin embargo, gané el Premio Puma”. No cabe duda que la dedicación 24/7 en un atleta es fundamental, acompañada de la motivación.

 

Finalmente, el joven deportista destacó que además del aliento de la familia para lograr estas metas, también está el sostén de un entrenador o un equipo de preparación que ayuda al deportista a dar lo mejor de sí. “Durante la competencia sólo observamos al atleta de alto rendimiento brillar en la cancha, pero siempre contamos con un gran apoyo que nos cobija”.