Salud global y derechos humanos
Por Adriana Aimme Peñaloza Soto

Samuel Ponce de León, Mauricio Sánchez, Alejandro Chanona, Cees Jan Hamelink y Aimée Vega. Foto: Derek Vargas.
“El mundo enfrenta graves crisis exacerbadas por la pandemia de Covid-19, pues ésta ha representado profundos desafíos para el desarrollo y la salud humana, pero también ha hecho evidente que la cooperación internacional con entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS) es fundamental.
Con estas palabras, el director de la Facultad, Alejandro Chanona Burguete, inauguró el seminario virtual Salud Global y Derechos Humanos, resultado de un esfuerzo de trabajo común entre el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), el Programa Universitario de Investigación Sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes, y la FCPyS.
En la conferencia, destacados especialistas, como Cees Jan Hamelink, catedrático de la Universidad Libre de Amsterdam, y Germán Guerra, miembro del Centro de Investigación en Sistemas de Salud, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), entre otros, resaltaron la interrelación entre salud y derechos humanos, y el vínculo de ambas esferas con la globalización, a lo largo de la historia.
Es decir, el proceso histórico está marcado por las diversas actividades humanas, como las expansiones imperiales, la guerra, la práctica política, el creciente comercio, etcétera, todo lo cual ha delineado las cosmovisiones de la globalización; pero, aunque este término es generalmente usado para señalar la integración económica, social, política, cultural y tecnológica de finales del siglo XX e inicios del XXI, es siempre necesario, como destacó Germán Guerra, recordar sus otras raíces profundas, como la huella del tema de la salud global en su significado mismo.
En este sentido, el investigador mostró la conexión entre el desarrollo económico-comercial y la salud, mediante la existencia de las enfermedades infecciosas, las cuales, además de modificar los hábitos de vida de las personas y los cuidados del organismo humano, también ha permitido la inversión de enormes recursos para efectuar estudios médicos, identificar patógenos y realizar tratamientos a largo plazo.
Un ejemplo de esto, expuso Guerra, fue la construcción del canal de Panamá, cuya planeación partió de un anhelo netamente económico, pero que sólo logró materializarse hasta que se encontró que la fiebre amarilla y la malaria, transmitidas por la picadura de mosquitos, eran la causa de la muerte de miles de personas sin las cuales no se podía terminar la obra, lo cual orilló a una inversión financiera y a una indagación médica que buscó sanar a los enfermos, a fin de contribuir a la conclusión de dicha edificación.

Los ponentes ofrecen un análisis interdisciplinario. Foto: Derek Vargas
Por su lado, Cees Hamelink habló del otro rubro que dio nombre a este seminario: los Derechos Humanos. Dijo que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948, marcó un parteaguas histórico, al ofrecer un marco normativo y unificador de garantías y libertades fundamentales, inherentes a todas las personas, sin distinción alguna.
Es un documento, abundó, de carácter universal, y la expresión tangible del impacto de la globalización en la vida humana, particularmente en el ámbito de la salud, que reconoce la inviolabilidad de la dignidad, y en cuyo artículo 25 se establece que todo individuo tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure su salud y bienestar.
Añadió que aun cuando el análisis de la dinámica mundial revela que aún falta mucho camino para que cada uno de los 30 artículos de esta Declaración sean realmente respetados y garantizados, es un deber colectivo defender su prevalencia, como pilar fundamental que propugna la defensa de las personas ante las diversas amenazas que intentan socavar su validez.
«Así, amagos como el expresado por Donal Trump, actual presidente de Estados Unidos, quien intenta retirar a su país de las filas de la OMS, minimizando el crucial rol que dicha organización desempeña a nivel mundial en el campo de la salud, ignorando la contribución de su nación en dicho terreno, atentando contra su propia memoria histórica, y vulnerando la de los demás, se traduce en una flagrante violación universal de los derechos humanos», subrayó Hamelink.
En la apertura de esta actividad académica también estuvieron presentes Mauricio Sánchez, director del CEIICH; así como Aimée Vega y Samuel Ponce de León, profesores de las facultades de Ciencias Políticas y de Medicina, quienes extendieron la invitación al público en general a unirse a las siguientes sesiones del seminario, y se aventuren a profundizar en temas que enlazarán la salud y los derechos humanos, ámbitos que además de que no son ajenos a nadie, forman parte de la cotidianidad de las personas.