Preservar las lenguas originarias de México
Por José Francisco Alvarado Juárez

Charla sobre medicina tradicional. Foto: José Francisco Alvarado
En el marco de actividades en conmemoración del Día Internacional de la Lengua Materna que se celebra cada 21 de febrero, este viernes 24 se llevaron a cabo distintos talleres en la Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción (ENALLT) de la UNAM, con el fin de difundir la importancia de las lenguas originarias de México.
En nuestro país se reconocen 69 lenguas nacionales: el español y 68 indígenas, muchas de las cuales poseen a su vez más de una variante lingüística. Precisamente por dicha riqueza, la nación se encuentra entre aquéllas que tienen más lenguas primigenias del mundo; sin embargo, en palabras de Leonardo Herrera González, docente y coordinador del área de náhuatl de la ENALLT, este hecho “es algo que no estamos valorando, ni reconociendo”; de ahí la organización de esta semana de actividades, que contó con la colaboración de los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares), de la CDMX.
En punto del medio día del 24 de febrero, y hasta las cuatro de la tarde, los jardines traseros del edificio B de la ENALLT se adornaron con la presencia de los profesores y alumnos de la institución, así como de miembros de Pilares, quienes impartieron talleres enfocados a la promoción de las culturas indígenas. “El objetivo es reunir a hablantes de diferentes lenguas y mediante tareas culturales llevarlos a compartirlas”, resaltó Herrera González.
El acceso a dichos talleres fue libre y gratuito. Actividades de bordado, cartonería, elaboración de “ojos de dios”, y artesanías con hojas de maíz, fue parte de lo ofrecido. También hubo una exposición de medicina tradicional, hecha con base en plantas nacionales, y se compartieron alimentos.

Taller de cartonería, impartido por la maestra Xólotl Orozco. Foto: José Francisco Alvarado
Xólotl Orozco, quien imparte cartonería en Pilares y lleva 10 años dedicándose a este arte popular, relacionado con la tradición de elaborar juguetes con papel, cartón u otros, como las muñecas “lupitas” , estuvo presente en estas actividades. En esta ocasión enseñó a hacer “Catrinas”, mientras promovió la lengua náhuatl.
Otro de los talleres fue el de la elaboración de tzicuri, u ojo de dios, una artesanía que se realiza con estambres de varios colores sobre una cruz formada por dos palos; misma que nació del pueblo Wixárica y simboliza una conexión con el mundo espiritual, así como una ventana por la cual nos ven los dioses; por ello, tradicionalmente se entrega un tzicuri a los recién nacidos, como símbolo de bendición y protección.
En la hechura de piezas con hojas de maíz, una tradición zapoteca, se enseñó el manejo y pintado de aretes y collares. Mientras, en el taller de bordado, de herencia intercultural, se mostró cómo manejar el hilo y aguja para llenar lienzos con distintos dibujos. Esto es “parte de una identidad transmitida por el bordado”, señaló Federico Estrada, del grupo de Pilares.
En la actualidad se habla de un estigma vigente hacia estas lenguas. Al respecto, Leonardo apuntó que “no hay que verlas como tradicionalmente se ha dicho: “dialectos”. Son lenguas nacionales, ya estaban desde antes de que llegaran los europeos y las seguimos hablando”; por ello el español mexicano está lleno de nahuatlismos, precisó.

Leonardo Herrera, coordinador de Náhuatl (en el taller de tzicuri). Foto: José Francisco Alvarado
En la ENALLT, la lengua náhuatl “se ha estado enseñando desde hace 12 años, pero nos falta más”, indicó Herrera; “en algún momento quisiéramos crecer, y no sólo en el área de náhuatl, sino llegar a constituir un departamento de lenguas originarias”, y justo como Pilares, también enseñar lenguas como zapoteco, otomí y tzeltal, por mencionar algunas.
Para finalizar la jornada, se agradeció la cooperación del programa de la Ciudad, y se compartió pozole entre los asistentes; un alimento con gran carga cultural mexicana. También se invitó a tomar el curso de náhuatl que imparte la ENALLT y los distintos talleres que se ofrecen en Pilares. “La lengua está viva y la podemos vincular con nuestros proyectos académicos y culturales”, dijo para terminar Leonardo Herrera, quien hizo un llamado, además, a valorar que las lenguas son patrimonio inmaterial