Prácticas de campo en la nueva normalidad
Con información de Karla García

Docencia y prácticas de campo en Antropología. Fotografía: Irán García| Gaceta Políticas
“Las realidades violentas del país significaban ya un obstáculo en el trabajo de campo, si ahora sumamos el tema de la COVID-19 resulta peor. Esa es la razón por la que ya deberíamos estar trabajando en la formación de nuevos protocolos para que continúe la investigación”.
Así finalizó, el 11 de noviembre, la maestra Yadira Hernández, de la Escuela Superior Politécnica del Litoral, de Ecuador, el Segundo encuentro sobre docencia y prácticas de campo en Antropología, organizado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas, el cual tuvo como objetivo conjuntar experiencias de los docentes que dirigen a grupos de estudiantes en estas tareas, para después identificar soluciones a los retos y problemas en el quehacer etnográfico.
En esta sesión, la antropóloga física Rosa Icela Ojeda, de la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México (EAHNM), apuntó que, al realizar una práctica de campo, es recomendable prepararse previamente desde el salón de clases con conocimientos teóricos, análisis y un problema de investigación. Indicó que esta actividad no debe fungir como el primer contacto, pues los alumnos deben aprender a observar interacciones sociales (siendo partícipes o no) que les ayuden a leer comportamientos y así sacarle provecho a la información colectada.
En cuanto a los docentes, subrayó que éstos son guías, acompañantes o facilitadores, y su mayor responsabilidad es la seguridad de los estudiantes y su participación, por lo que se debe tener en cuenta los contextos a los que se adentran, las distancias a los servicios de salud, existencia de fauna peligrosa, problemas sociales activos e incluso la situación socioeconómica de los alumnos al visitar un lugar.
Por otro lado, la doctora Berenice Granados, de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) de Morelia, habló del “Protocolo de documentación y el código de ética del Laboratorio Nacional de Materiales Orales”, y destacó que toda grabación de audio, video, fotografía, deberá tener permiso oral del entrevistado, y su consentimiento puede ser revocado; sumado a esto, se debe entregar una copia de la documentación a quienes participaron ofreciendo información y debe existir el compromiso de siempre dar crédito a todas las personas involucradas.
También aludió al nuevo desafío al preguntarse: ¿Cómo ir a campo después de esta pandemia si la práctica implica ponerme y poner en riesgo a la comunidad?
Al tomar la palabra, la maestra Yadira Hernández expresó sus vivencias en la recuperación de restos humanos en campo. Procuró no hacer generalizaciones, pues dependiendo de la materia que se imparta, se aplica la logística y se reúne la información para cumplir con los objetivos, pero hizo hincapié en que “ahora los materiales se van transformando con la COVID-19, y necesitaremos equipo de bioseguridad, acompañado de elementos de limpieza y desinfección”.
En el mismo tenor, Alejandro Lerma Rodríguez, profesor de Historia del arte en la ENES Morelia, cerró alertando que debemos ir “con toda la precaución, pero ir sin miedo”.