Otro comercio, otro nacionalismo

Jorge Castañeda. Fotografía: Katia Muciño| Gaceta Políticas
Especialistas en la relación México- Estados Unidos hablaron sobre los nuevos nacionalismos o la forma renovada de éstos y la relación comercial con el país vecino, temas en constante discusión desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, en el conversatorio Las implicaciones de la presidencia de Trump en México y América Latina, realizado en el Auditorio Pablo González Casanova.
Hablar sobre nacionalismo no es algo nuevo, señaló el exsecretario de Relaciones Exteriores, Jorge Castañeda: “la sociedad norteamericana antes había expresado ese sentimiento anti migrante”; sin embargo, con Trump deja de ser políticamente incorrecto.
Pero de ¿dónde viene este sentimiento?, preguntó el ponente. Recordó que durante el mandato de Bill Clinton se construyó el primer muro fronterizo ubicado en Tijuana, el cual volvió difícil la circularidad; es decir, muchos mexicanos trabajaban por temporadas en Estados Unidos y regresaban a México, sin la necesidad de papeles. Esta dinámica era accesible hasta la construcción del muro que llevó a los mexicanos a buscar otras vías para cruzar la frontera y en casos más drásticos ya no regresar al país. Esto provocó que su trabajo dejara de ser estacionario y se convirtiera en permanente, así los salarios bajaron y los “paisanos” se distribuyeron en regiones donde antes no se veían mexicanos.
Los estadounidenses, continuó, reaccionaron con miedo y rechazo, pues se enfrentaban a otro idioma, religión y costumbres. Ahora con Trump, ese sentimiento que estuvo agazapado, se expresa a la luz del día, “una razón estructural seria, producto de las políticas de Clinton”.
Este nacionalismo, que se presenta como centro de la discusión, es el resultado también de la insatisfacción económica, “ya que el hombre de campo ha sido desplazado por el que está inmerso en la globalización, lo cual afecta a las poblaciones nacionales”, agregó el académico José Luis Valdés.
Hay una necesidad de renovar a Estados Unidos, de hacer una limpia utilizando la raza y la religión como estandarte, una posición ultraconservadora. “Se observan movimientos y factores internacionales latentes que buscan o apuestan por el nacionalismo, un impulso nacional trumpista”, comentó.
Referente al modelo económico y las relaciones comerciales, la profesora Martha Singer detalló que la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) no se puede dar porque no son las mismas fuerzas las que negocian. Destacó que es importante considerar que este mundo interconectado “ya no satisface, genera descontentos y no brinda soluciones a los problemas de fondo”.
Por ello, ante esta crisis económica y de sistema se deben construir fórmulas y alianzas nuevas para dar salida; empero, la situación para el país no es sencilla, ya que el gobierno mexicano no está respondiendo ni actuando ante la coyuntura.
En los últimos días se mencionó que el gobierno de Peña Nieto redactó una carta de ocho cuartillas donde solicita diversas modificaciones al TLC, pero son tantas que de negociarse sería necesaria una nueva aprobación del tratado por parte del Congreso norteamericano, explicó Castañeda.
Si así ocurriera, precisó, sería una pesadilla para México porque cada congresista tendría el derecho de agregar cualquier otro punto al tratado. Además, se abre un compás de espera que puede ser largo, lo que provocaría que las inversiones nuevas en México se detengan hasta que se sepa cuáles son las nuevas reglas del juego, lo que afectaría la economía del país por falta de inversión extranjera.