No debe normalizarse la violencia
Por Yael Alcantara

Alejandro Celorio, Mariana Aparicio, Patricia Martínez y Ana Mireya Aguilar Foto: José Luis Torales.
Durante años, México ha sido calificado de modo negativo por el gobierno norteamericano. Los discursos de la política estadounidense han responsabilizado históricamente a nuestro país como culpable único del gran flujo migratorio hacia la tierra del “sueño americano”; sin embargo, el maestro Alejandro Celorio Alcántara, consultor jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores, recordó que la realidad no es tan simple como señalar a un emisor y a un receptor de estas oleadas:
“Hay mucha hipocresía de Estados Unidos, que no quiere migrantes, pero genera violencia que desemboca en mercancías (armas) generadoras de flujos irregulares.”

Patricia Martínez Torreblanca. Foto: José Luis Torales.
En el marco del seminario: Las diversas aristas de la violencia armada en México y Estados, inaugurado el 16 de noviembre, y en específico en la mesa, “La política exterior de México frente al tráfico de armas proveniente de EEUU”, se cuestionó el papel de la diplomacia de ambas naciones respecto del cruce ilegal de armas, que al día de hoy contabiliza aproximadamente dos millones en nuestro territorio.
Tal fenómeno, indicaron los ponentes, se produce particularmente en dos estados fronterizos: Texas (uno de los más grandes de la potencia del norte) y Arizona. En dichas regiones, las políticas internas del país vecino facilitan más el acceso a armas de fuego y rifles de asalto, situación que no sucede con la misma ligereza en California o Nuevo México, donde la ideología demócrata suele tensarse más con la republicana.
Los expositores coincidieron en que este problema no sólo se aborda desde una perspectiva, es decir desde la violencia generada en suelo mexicano, a partir de la industrialización armamentística en Estados Unidos. Apuntaron que así como sucede con múltiples temas de las ciencias sociales, los enfoques que abordan asuntos multifactoriales, como la violencia o el narcotráfico, se ven afectados no sólo por los diseños de estrategias políticas, sino también por situaciones históricas y culturales, como los casos de xenofobia estadounidense.

Erick Nava, Armando Rodríguez, Marisol Franco y Guillermo Raúl Benítez. Foto: José Luis Torales.
Externaron que si bien la xenofobia no es un rasgo que se generalice a nivel cultural, es un factor que tiende a desarrollarse con más facilidad en Estados Unidos, debido a la alta cantidad de migrantes que cruzan hacia allá. De este modo, los aproximadamente 34 millones de mexicanos que se contabilizan en dicha nación corren el riesgo de sufrir un atentado por parte de algún “criminal o desequilibrado con acceso a armas”, pues como apunó el también miembro del Servicio Exterior Mexicano, Alejandro Celorio, “estamos ante el gran reto de extremismo de gobierno, la xenofobia y el tráfico de armas”.
Aunque la problemática esté entretejida con muchos otros problemas como la desigualdad socioeconómica en México, las leyes fundadoras de Estados Unidos que permiten la venta de armas, el lobby económico que representa la industria armamentista en la nación vecina, o los altos índices de criminalidad y narcotráfico en México, Celorio Alcántara dio un mensaje de esperanza para la juventud: “les corresponde a ustedes; no permitan que la violencia armada y presencia de armas se normalice. No es normal. La violencia no es normal. Ustedes pueden cambiar el mundo”.