No confundir entre “mal informar” y “desinformar”
Por Roberto Iván Recinos Ruiz

Foto: Austin Distel, Unsplash
«Mal informar» tiene que ver con la fuente, con quien redacta y difunde contenido; con alguien que no sabe qué hay de fondo con respecto a una noticia y quizá toma un papel algo inocente. «Desinformar», en cambio, tiene que ver con saber realmente qué está sucediendo y no querer dar los datos verdaderos, es decir, se ponen de por medio intereses y determinados objetivos para no brindar las noticias de forma correcta o darlas mal. La diferencia entre una y otra acción, pues, tiene que ver con la “intención”, pues en la primera no existe el objetivo de hacer daño, pero en la segunda, sí.
Así se expresó la doctora Úrsula Albo Cos, egresada de la FCPyS, y doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma Metropolitana, en la tercera sesión del coloquio, “La cultura digital académica en tiempos del Covid 19”, organizado por el Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación de la Facultad.

Dra. Úrsula Albo. Foto: Víctor Hugo Sánchez
Al referirse a los rubros de migración e información, señaló que en estos terrenos existen vallas con alambres de púas, sensores de movimiento y rejas, entre muchos otros obstáculos, para evitar el paso de las personas, pero también se mueve aquí una tecnología antinmigración, basada en un discurso público, político e ideológico, que responsabiliza de los problemas sociales y económicos a los seres humanos que requieren moverse de un lugar o de un país a otro. Además, resaltó, en este renglón también se hace uso de una tecnología estructural, esto es, de datos acerca de recursos económicos propios, nivel de estudios, profesión, idioma, religión y raza, cuya finalidad es, justamente, impedir el acto de migrar. En este tenor, la expositora destacó que la desinformación sigue siendo un aparato y un arma para seguir haciendo daño a poblaciones vulnerables, como las que se encuentran en situación de migración.
Finalmente, advirtió que con la digitalidad o llegada del internet como tecnología, ha habido un exceso de información por la inmediatez que esto genera y al anonimato de no saber quién es el autor original, lo cual crea, de igual modo, un ambiente propicio para la desinformación.

Lic. Angélica López. Foto: Víctor Hugo Sánchez
Por su parte, la licenciada Angélica López Vazquez, de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, reseñó que al realizar un estudio con alumnos de la UNAM, además de constatar que éstos tienen habilidades y destrezas de navegación muy desarrolladas y facilidad para utilizar diferentes aplicaciones y plataformas, ellos consideran que la tecnología es esencial en la vida diaria y que el internet es el medio de comunicación más importante, el que les permite ejercer su libertad de expresión y realizar todas sus actividades académicas.
Al respecto, la ponente reconoció que es relevante desarrollar dichas habilidades frente a los medios digitales, pero subrayó que los jóvenes también deben ser usuarios críticos de la información que reciben; tarea en la cual, al mismo tiempo, la Universidad y los docentes tienen una labor vital.