Necesaria una política exterior mexicana vigorosa y permanente

Análisis de los procesos electorales desde la política exterior mexicana. Fotografía: Emanuel Reséndiz| Gaceta Políticas
En la actualidad la relación bilateral con Estados Unidos pasa por un momento incierto, el cual en épocas pasadas oscilaba entre la negociación y el conflicto. Sin embargo, con el gobierno de Trump este contexto adquiere nuevos tintes, es decir, un cambio político e ideológico reflejado en sus nuevas políticas migratorias y comerciales.
Lo anterior adquiere mayor relevancia por las próximas elecciones que se realizarán en territorio mexicano, ya que esto pinta un escenario aún más complejo; ejemplo de ello es la actual renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC), pues con la presión electoral se pueden aceptar acuerdos poco favorables para México.
Con estos puntos arrancó la segunda mesa de la Jornada de Análisis de los procesos electorales desde la política exterior mexicana: una mirada desde nuestros embajadores, organizada por la Cátedra Fernando Solana. donde participaron los embajadores Walter Astié y Eduardo Roldán, así como el profesor Arturo López.
En sus exposiciones enfatizaron que la situación actual demuestra que la política exterior de México es nula. Nuestro país no cuenta con una política que represente los intereses de los mexicanos; para lograrlo se debe hablar de una política interior en primer lugar, señalaron.
Planear una política exterior de Estado vigorosa y permanente para no depender de un país sino buscar otros horizontes es fundamental. Para lograrlo son indispensables los cambios internos, “se tiene que rehacer o redimensionar la política interior y exterior de México con una versión integral”, comentó el embajador Roldán.
Agregaron que la crisis sistémica en sus diferentes manifestaciones, entre ellas la del capitalismo neoliberal, la reconfiguración del poder mundial, el unilateralismo y militarismo, el colapso climático antropogénico, el desempleo, despojo, racismo, xenofobia, así como la crisis interna mexicana y estadounidense, son factores que intervienen en la relación México-Estados Unidos.