Multiplicidad de identidades coreanas

Alfredo Romero durante la 3a Jornada de Cultura Coreana en la Facultad. Foto: Ricardo López | Gaceta Políticas
¿Ser idéntico o auténtico? Ser o no ser, esa es la cuestión, diría Hamlet en la obra (escrita alrededor de 1600) de Shakespeare (1564-1616).
La identidad con la que se logra asociar a una cultura de un pueblo o de una sociedad, no sólo son los rasgos o las características físicas de ese conjunto de personas, que son percibidas por agentes externos, también son un un grupo de elementos, símbolos, imágenes, y comportamientos reforzados psicológicamente por su ideología, creencias y tradiciones.
La Real Academia Española define a la identidad, como tardío identĭtas, -ātis, y este der. del lat. idem ‘el mismo’, ‘lo mismo’. 1. f. Cualidad de idéntico. 2. f. Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. 3. f. Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás. 4. f. Hecho de ser alguien o algo el mismo que se supone o se busca.
Una característica que hace de la identidad del ser humano, idéntico y a su vez auténtico dentro de su temperamento, es la religión, es su creencia.
Por lo tanto, hablar de identidad resultaría bastante simple, amplio y tal vez complicado, pero, por qué iniciar esta nota de esta manera, por la sencilla razón de que durante la 3a. Jornada de Cultura Coreana (2018). Diálogos sobre identidades, cultura y diplomacia pública en Corea, se habló entre otros temas de la identidad que tienen los coreanos dentro y fuera de su nación, ligado particularmente a la religión.
En este sentido, los ponentes explicaron que el cristianismo ha permeado a todas las capas sociales, no para crear un fanatismo religioso, sino para dar una mejor calidad de vida, a tal grado que varios de sus últimos presidentes han pertenecido a esta creencia, generando resultados favorables para la mayoría de la nación en los distintos ámbitos, tales como la política, la economía, los deportes, la ecología, entre otros.
Por otro lado, el sentido de pertenencia e identidad tienen que ver con el linaje, el árbol genealógico, las raíces familiares, que son aprobadas por una colectividad, es decir, no basta nacer, o hacer mención que se es coreano, sino hay un propósito implícito, el cual se debe cumplir.
La unicidad y la multiplicidad forman parte de la compleja cultura coreana, ya que las migraciones causadas por las persecuciones han conformado los parámetros que dan sentido a la resistencia del pueblo ante los conquistadores y las imposiciones.
La identidad es un discurso que se plantea a partir de especificaciones. Por lo tanto, existe multiplicidad de identidades coreanas, así como de identidades mexicanas. Así de interesante resultó este diálogo en el cual resaltó la importancia de su fundamento sobre el cual la nación ha logrado superarse y permanecer en equilibrio.
Cabe mencionar que los Diálogos contaron con la presencia del Embajador Coreano en México, Sang-II Kim; las doctoras Alicia Girón y Sandra Zavaleta; el maestro Alfredo Romero; el profesor Armando Azúa, del Departamento de Historia-Ibero; la maestra Silvia Seligson, del Museo Nacional de las Culturas- INAH; Dinora Contreras, de la ENAH, y Gabriela Poox, del CMEC-INAH.
Entonces ¿eres o te haces?