México y Trump: acuerdos, no muros. El ascenso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y sus impactos en México

Roberto Zepeda, investigador del CISAN nos comenta en este artículo las posibles consecuencias del TLCAN en México y Estados Unidos. Ilustración: Ángela Alemán
El pasado 8 de noviembre, el candidato del Partido Republicano, Donald Trump, ganó las elecciones presidenciales para el periodo enero 2017-2021, convirtiéndose en el presidente número 45 de la historia de Estados Unidos. A pesar de que no se dieron sorpresas en la mayoría de los estados de la Unión Americana, en algunos, tradicionalmente demócratas, ganó de manera inesperada, en especial en estados del corazón industrial de Estados Unidos como Wisconsin, Pensilvania, Michigan, Ohio e Indiana. Lo anterior, debido principalmente a que millones de trabajadores estadounidenses han visto crecer su frustración y enojo por el impacto de años de condiciones precarias en sus vidas, en términos de empleo e ingresos. Además, se ha dado un rechazo a la clase política tradicional en Washington, lo que explica el triunfo de Trump, un candidato externo al Partido Republicano. Estos trabajadores no creyeron las afirmaciones del presidente Barack Obama, respaldadas por la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, de que la economía de Estados Unidos estaba mejor que hace ocho años y que ésta es la más fuerte y duradera del mundo.
Aunque Obama dejó un país en mejores condiciones económicas que como lo recibió, una gran franja de los trabajadores del foco industrial se enfrentaban a una realidad desalentadora caracterizada por el desempleo y subempleo, condiciones laborales inseguras, y un aumento de la adicción a los opiáceos y otros desastres sociales derivados de la crisis moral y política del capitalismo.
El malestar de los trabajadores fue aprovechado por Trump en la campaña presidencial, prometiendo acciones para generar empleos en el sector industrial y manufacturero del país, a través de diversas medidas que se dirigían a reducir el déficit comercial. Entre sus propuestas destacan: construir un muro en la frontera con México para impedir no sólo la entrada de migrantes sino también de drogas ilícitas y criminales; restringir los niveles de inmigración y deportar a millones de indocumentados; así como impedir, mediante un impuesto fronterizo, la relocalización de las empresas estadounidenses —en especial automotrices— a regiones o países con menores costes laborales, como México y China. Incluso, prometió que México pagará por la construcción del muro, aunque no se ha especificado la manera.
Sin embargo, Trump no mencionó la automatización derivada de la innovación tecnológica, el factor principal que explica la reducción de puestos de trabajo en el núcleo industrial de Estados Unidos. Se espera que esta tendencia persista, por lo que se seguirán perdiendo empleos en la industria automotriz, servicios de oficina, transporte y vigilancia.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) inició en enero de 1994 entre Estados Unidos, México y Canadá. Como resultado, las relaciones comerciales entre los miembros se han expandido, y además se han creado cadenas de suministro integradas. Los países integrantes producen cerca del 30 por ciento de los bienes y servicios a nivel global. El comercio en la región casi se ha triplicado desde que entró en vigor el TLCAN, mientras que la inversión se ha multiplicado por seis. La relación comercial de Estados Unidos con Canadá y México representa el doble del comercio de E.U. con China, y 10 veces más que con el Reino Unido. Por lo tanto, las empresas estadounidenses se verían perjudicadas por una eventual salida de E.U. del TLCAN, y se perderían millones de empleos en esa nación.
No obstante los beneficios que genera para su país, Trump ha criticado al TLCAN durante la campaña presidencial y en su gestión como presidente de Estados Unidos. Por ejemplo, ha mencionado que es el peor tratado comercial en la historia de ese país. La respuesta de México se ha enfocado en resaltar las ventajas para Estados Unidos, y así lo ha comunicado en diversas ocasiones el mandatario mexicano.
«perderían acceso a una mano de obra barata que al mismo tiempo las hace más competitivas» Al salir México del TLCAN, las empresas de E.U. perderían acceso a una mano de obra barata que al mismo tiempo las hace más competitivas, sobre todo frente a países asiáticos. Si las empresas estadounidenses abandonan México y regresan a su país, perderían enormes ganancias, principalmente por los altos costos laborales. Los salarios de los trabajadores en E.U. son 10 veces más que los de los mexicanos en el sector manufacturero.
Además, México es el primero o segundo socio comercial para 22 de los 50 estados de la Unión Americana. Alrededor de seis millones de empleos en E.U. dependen del comercio con México, especialmente en estados fronterizos como California, Arizona, Nuevo México y Texas. Está por verse si éstos aceptarán la política proteccionista de Trump, cuando su comercio está tan integrado a México, y del cual dependen cientos de miles de empleos.
Alrededor del 80 por ciento de las exportaciones de México se destinan a Estados Unidos, las cuales representaban cerca de $300 mil millones de dólares; mientras que aproximadamente el 50 por ciento de las importaciones de México proceden del vecino país. El comercio total entre ambos se ha incrementado más de cinco veces como resultado del TLCAN.
A pesar de lo anterior, Trump ha aprobado mediante una acción ejecutiva la construcción del muro entre la frontera de los dos países, aunque en realidad sólo está continuando una política que inició en la década de 1990. Actualmente éste existe en una tercera parte de los 3,200 kilómetros de la línea divisoria. En una gran extensión limítrofe en los estados de California, Arizona, y Nuevo México, ya existe el muro, no así en Texas, debido a que el Río Bravo sirve al mismo de tiempo de línea fronteriza.
Asimismo, Trump se ha pronunciado por la renegociación del TLCAN con sus socios comerciales. La negociación será bilateral: Estados Unidos-México, mientras que Canadá tratará aparte. Uno de los argumentos es el déficit comercial de Estados Unidos con México, equivalente en alrededor de 59 mil millones de dólares, lo cual ha significado, según Trump, la pérdida de empleos en el sector manufacturero. Sin embargo, éste no menciona el déficit comercial que E.U. tiene con China, alrededor de 367 mil millones de dólares en 2015, que es mucho más grande. Otros países con los que E.U. tiene un déficit comercial mayor al de México son Japón y Alemania, pero evidentemente Trump no ha tratado de alterar las relaciones comerciales con estos países para reducir dicho déficit. Aparentemente Trump se está enfrentando al país más débil como una forma de advertir al resto de las acciones a seguir. En suma, sus argumentos en contra de México no se sostienen, ya que la mayor parte de los empleos que se han perdido en Estados Unidos se han trasladado a China, que en los últimos años ha visto altos niveles de crecimiento económico especialmente en el sector manufacturero.
Trump ha mencionado que México ha sido el país más beneficiado con el TLCAN. No obstante, los empleos de México en el sector manufacturero, uno de los más beneficiados con el tratado, no han crecido de manera significativa desde el año 2000, cuando China se incorporó a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Se calcula que existen alrededor de cuatro millones de empleos en México en el sector manufacturero, lo que representa un número importante, pero sólo emplea a una fracción que representa menos del 10 por ciento de la población económicamente activa de más de 53 millones de personas.
Por otra parte, México tiene varias cartas en la renegociación del TLCAN. Por ejemplo, en materia migratoria sus esfuerzos son importantes en la contención de la migración centroamericana que atraviesa el país con rumbo a Estados Unidos. Además, la potencia del norte necesita la cooperación de México en materia de seguridad en el combate al narcotráfico y al terrorismo, que en las últimas décadas se ha fortalecido a través de la Iniciativa Mérida. La salida de México del TLCAN pondría en riesgo la colaboración estrecha en estas áreas y complicaría la seguridad en la frontera. Además, el Muro de Trump está dirigido a contener la migración indocumentada y detener el flujo de drogas ilegales, por lo que sugiere que la cooperación con México en estos rubros no está en la agenda de Trump.
Finalmente, más que un muro, el gobierno de Trump necesita el apoyo de México para prevenir las causas de la migración indocumentada. En este sentido, Estados Unidos tiene que promover la consolidación de México como un socio comercial clave, lo que implica la promoción del crecimiento económico y el desarrollo social, generando empleos y mejores condiciones laborales para los nacionales, con el objetivo de prevenir la migración. De igual manera se debe fortalecer la cooperación en términos de seguridad destinando mayores recursos.
Roberto Zepeda
Investigador del Centro de Investigaciones Sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM