Los grandes académicos y maestros no mueren
Por Fotios Messados

Dr. Leopoldo González Aguayo. Foto: Boletín UNAM-DGCS-451
La huella que dejan los grandes académicos perdura para siempre, especialmente si su pensamiento ha logrado captar uno o varios aspectos de la realidad y éste nos permite descifrar y explicar los fenómenos sociales, nacionales e internacionales. Por esta razón, la comunidad del Centro de Relaciones Internacionales (CRI) de la Facultad, homenajeó, en un evento transmitido en línea, al doctor Leopoldo Augusto González Aguayo, profesor de nuestro plantel durante muchos años, quien falleció el día 22 de mayo pasado.
El doctor González Aguayo fue un destacado académico, docente del sistema escolarizado y tutor del programa de posgrado en la FCPyS. Amigos, colegas y ex alumnos lo despidieron, y a través de remembranzas y anécdotas cargadas de emoción, arrojaron luz al trabajo intelectual, las pasiones y pequeños detalles de la vida del mentor.

Dr. José Antonio Murguía. Foto: José A. García
El primero en compartir sus recuerdos fue su amigo, el doctor José Antonio Murguía, internacionalista de la Facultad, quien valoró su “obra enorme y su trabajo estupendo». Después de recordar su relación con González Aguayo y su transformación a través de las décadas, concluyó que “los grandes maestros y académicos no mueren, mientras haya un colega o un alumno que los recuerde”.
A continuación tomó la palabra el doctor Juan Carlos Velázquez Elizarrarás, del CRI, y describió a Aguayo como un hombre extraordinario, apasionado por su trabajo de investigación y comprometido como profesor. Añadió que “tenía forma; tenía clase; era un internacionalista de nivel; autocrítico, un ser que ha dejado un legado”. Los dos, explicó el ponente, “teníamos una pasión común: los estudios sobre la geopolítica”.
La calidez humana y la preocupación por sus estudiantes son dos cosas que el doctor Heriberto Cairo, de la Universidad Complutense de Madrid, recordó sobre Aguayo. Según el académico español, “Leopoldo se quejaba del poco apoyo institucional existente en México a la geopolítica”. No obstante, afirmó, “ahora la situación ha cambiado y se está desarrollando un pensamiento geopolítico”, lo cual en cierta medida es gracias a su trabajo y legado.

Dra. Graciela Pérez. Foto: José A. García
“La construcción de una geopolítica mexicana” era su preocupación fundamental, subrayó también la doctora en Ciencias Sociales y especializada en Relaciones Internacionales de la UAM, Graciela Pérez Gavilán. Calificó a su antiguo maestro como un profesor integral, con una formación muy amplia y un ejemplo a seguir. Además, “formó muchas generaciones y me parece importante que se rescate su pensamiento», concluyó.
Rubén Cuéllar Laureano, doctor en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, hizo referencia, en su evocación, a su larga relación con el profesor y destacó cómo la obra de Aguayo marcó su trayectoria académica y su carrera. “Toda su memoria y su conocimiento están presentes», dijo Cuéllar.
La doctora Imelda Ibáñez Guzmán, especialista en Relaciones Internacionales, destacó el pensamiento de su profesor y la validez de su ideario, especialmente en la actualidad, cuando el mundo atraviesa por grandes cambios geopolíticos.

Dr. Adrián García. Foto: Karina Alavez
Como “un gran personaje” y un “apasionado con las fronteras y la correlación de fuerzas en el contexto internacional”, perfiló al homenajeado el doctor Adrián García Saisó, docente de la FCPy S, para quien el estudio de la zona de Eurasia fue lo que le permitió adentrarse en la dinámica de los procesos geopolíticos que Leopoldo enseñaba.
En consideración del doctor Alberto J. Sosa, de la Universidad de Buenos Aires, González Aguayo también “era un devoto de la buena comida y el buen vino”; una persona de mente abierta, cuyo “discurso tenía una impronta socrática”; un investigador que tenía como principal interés el estudio del Estado mexicano y el bienestar de la mayoría del pueblo.
La remembranza concluyó con las palabras del doctor Fausto Quintana, coordinador del CRI, quien habló “de un ser humano excepcional”, al tiempo que aseguró: “perdimos a un pilar y un soporte de nuestro centro de estudios, por lo que es necesario recuperar su legado».