Lenin en el pensamiento latinoamericano
“Lenin sigue más vigente que nunca”
Gilberto López y Rivas

Gilberto López y Rivas, Arturo Chávez, Néstor Kohan y Lucio Óliver. Fotografía: Luis Segura| Gaceta Políticas
En la conferencia: Lenin en el pensamiento latinoamericano del siglo XXI. A 100 años de “El Estado y la revolución”, organizada por el Centro de Estudios Latinoamericanos, se analizó la influencia del pensador ruso, político comunista, revolucionario y teórico político en la región, bajo la exposición de Néstor Kohan, Lucio Óliver, Gilberto López y Rivas, y la moderación de Arturo Chávez.
En el caso de México, la Revolución comenzó en 1910, siete años antes de la rusa que guió Lenin en 1917; después se produjo la boliviana en 1952, la cubana en 1959 y la nicaragüense en 1970. De acuerdo con lo argumentado por los ponentes, diversos países tomaron el ideario de Lenin como orientación, pero con el paso del tiempo se fue distorsionando,.
Así, explicaron, en algún momento de la historia se presentó a Lenin como la figura del asalto al poder; no obstante, en realidad él buscó una transferencia del poder y creó conceptos como el de demócratas y los sóviets.
Lenin sostenía que los países colonizados estaban bajo el mandato de la minoría dominante que actuaba bajo la ley con intereses capitalistas y que con las sublevaciones de las masas obreras se podía invalidar dicho poder burgués. Pero, ¿cómo logró Lenin promover este pensamiento?, preguntaron los ponentes. El pensador desarrolló esta ideología desde temprana edad; en la Universidad ya era militante en el partido de izquierda política revolucionaria y fue exiliado a Siberia; sin embargo, eso no lo detuvo, pues se convirtió en el principal teórico del partido y el dirigente más importante de la Revolución de octubre de 1917.
Los expositores señalaron que fue después de la muerte de este personaje cuando comenzó la instauración del leninismo. Una de las principales tareas de Lenin fue hacer consciente a la clase obrera de su influencia y poder, al ser la mayoría, para hacer un cambio radical de la ideología, economía y gobierno en un país. Lenin fue el intelectual que habló del tercer estado para reestructurar el poder, y alentó a los jornaleros a causar estos cambios.
Otros de los asuntos desarrollados en la mesa de debate fue la etnicidad, nacionalidad, soberanía nacional, la hegemonía de las clases subalternas, la pérdida de vínculos entre subordinados y autócrata, así como la ruptura de la clase política en América Latina.
Como conclusión, los participantes indicaron que Lenin se enfrentó con determinación al zarismo y a la burguesía, apoyó la revolución proletaria, respetó la libertad de expresión, hechos que lo hacen una de las figuras más relevantes en la política revolucionaria, que debería tomarse en cuenta en América Latina, así como en otros países.
Su influencia en la actualidad es válida, pues las naciones se enfrentan, en pleno siglo XXI, a la pobreza, opresión, discriminación, injusticia, explotación, desigualdad, inequitativa distribución de la riqueza, que en suma son parte del capitalismo contra el que se alzó Lenin en su tiempo.