Legado de la Doctrina Carranza

Mesa redonda sobre Venustiano Carranza y el legado de su Doctrina. Fotografía: Ricardo López| Gaceta Políticas
En búsqueda de constituirse como una nación, con un gobierno estable y legítimo, al final de la primera década del siglo XX México se encontraba en medio de una Revolución, mientras que en Europa se gestaba el primer gran conflicto mundial. El panorama de inestabilidad, falta de soberanía y democracia en el territorio nacional le dio la oportunidad a Estados Unidos de fraguar traiciones que pusieron en constante riesgo la autonomía del país.
En este marco, la política exterior de Venustiano Carranza representó una forma de enfrentar la presión por parte de países extranjeros; es por ello que, a cien años de la Doctrina Carranza, la Facultad, a través del Centro de Relaciones Internacionales (CRI), abrió un espacio para discutir la génesis, vigencia y proyección internacional de dicho ideario.
En la mesa redonda, “Venustiano Carranza y el legado de su Doctrina”, la doctora Itzel Toledo García explicó que en los Tratados de amistad, comercio y navegación, de los años ochenta del siglo XIX, firmados con Alemania, Francia y Gran Bretaña, las potencias europeas se comprometieron a no intervenir para proteger los intereses de sus ciudadanos, mientras que México acordó asegurar que los extranjeros tuvieran las mismas condiciones que los nacionales en lo referente a contribuciones, préstamos o empréstitos forzosos durante un estado de guerra, así como las mismas garantías que los ciudadanos de la nación más favorecida, en una situación de paz .
La Doctrina Carranza se practicó bien en las relaciones de México con el mundo, razón por la cual valdría revalorarla, dijo por su parte la doctora Adelina Quintero. En su momento, el doctor Fabián Herrera recordó que la diplomacia mexicana manifestó un rechazo total a la Doctrina Monroe, y que sería el entonces secretario de Relaciones Exteriores quién declararía que el gobierno no reconocía ésta o cualquier otra doctrina de ataque a la soberanía e independencia de México.
La doctrina Carranza es resultado de un contexto especial donde la amenaza externa obligó al Estado mexicano a articular una defensa de carácter nacional para proteger su soberanía; se puede sintetizar como la no intervención de un Estado en los asuntos de otro, el derecho de todas las naciones a la autodeterminación (donde cada país podía promulgar las leyes que estuvieran más acordes a sus intereses nacionales), así como la igualdad jurídica de las naciones; además, uno de los propósitos más importantes de dicha doctrina fue construir identidad continental para proteger los intereses de las naciones latinoamericanas y sobre todo tener el control de sus recursos, según palabras de la doctora Marcela Mijares Lara.
Vigencia de la Doctrina
En una mesa enfocada en meditar sobre la vigencia de esta doctrina, el embajador Ricardo Valero reflexionó sobre el uso y controversias de sus postulados, sus deficiencias respecto a la democracia y el derecho al asilo, así como el papel de México y sus principios de política exterior.
El doctor Benito Andión recordó los objetivos de la tradicional política exterior, entre los que destacan el apoyo del desarrollo económico, político y social del país; la protección de los derechos e intereses de los mexicanos en el extranjero, y promover la cooperación internacional. Es este marco, dijo, destaca la asimetría de beneficios provocada por la globalización, pues éstos son exclusivos de las élites.
La doctora Rosa Isabel Gaytán valoró la vigencia de los postulados de la Doctrina Carranza, aun con los cambios ocasionados por la globalización y la presencia de nuevos temas y actores que rompen con aspectos como la soberanía y la idea de nación. Concluyó que los principios de dicha Doctrina han servido, en el caso mexicano, para proteger sus intereses frente a otras naciones y ante la creciente influencia capitalista.