Las ciencias sociales, subversivas y críticas

Marcos Roitman y Nayar López. Fotografía: Daniela Chávez| Gaceta Políticas
La relación entre conocimiento, saber y poder ha estado presente en diversas etapas de la historia; por ejemplo, la imprenta se identifica como el primer mecanismo que permitió divulgar el conocimiento, el cual comenzó a ser controlado por la Inquisición o ya en el Nazismo; del mismo modo, la quema de libros u otros instrumentos de acceso al saber también fueron controlados.
Esta situación, explicó el sociólogo Marcos Roitman, demuestra que siempre ha habido miedo porque la gente piense, reflexione, tenga acceso al conocimiento. Sin embargo, en la actualidad nos enfrentamos a un mundo que no lee; ante esta situación, dijo, es importante cuestionarse cuál es el papel de la ciencias sociales.
Recalcó que la construcción de un pensamiento crítico implica ideas, análisis, razonamiento, pero este proceso difícilmente se da por la inmediatez del big data. Esto lo expuso al participar en la conferencia Desafíos de la sociología frente a la crisis política contemporánea, realizada en el Auditorio Pablo González Casanova, acompañado de los profesores Arturo Chávez, secretario general de la Facultad y Lucio Oliver, del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA).

Lucio Oliver y Arturo Chávez. Fotografía: Daniela Chávez| Gaceta Políticas
Así, continuó, se requiere una comprensión, un análisis desde las ciencias sociales para entender el mundo actual para definir qué es justicia, poder, democracia; un estudio que también cite autores latinoamericanos, ya que al no hacerlo las ciencias sociales están sometidas a un fuerte control, lo cual tiene que ver con la privatización del conocimiento en América Latina.
Esto se traduce en la fobia que algunos tienen ante el hecho de que los demás piensen, pues esto tiene consecuencias. En el caso específico de la sociología, dijo que su papel es ser una disciplina crítica y subversiva; en ese sentido “el conocimiento se vuelve subversivo como conocimiento crítico y es perseguido”.
Las consecuencias de esto, comentó, han traído un cambio de hipótesis; las ciencias sociales han perdido su capacidad subversiva, el conocimiento está en el nivel privado; las universidades ya no producen este conocimiento. “Hay un cambio en la perspectiva del conocimiento, se deja de lado la condición humana y se pone en el ámbito comercial”.
Además, hay un desánimo de la conciencia y del juicio reflexivo, se enseña sólo competitividad para el mercado. Recalcó que las ciencias sociales son hechos subversivos y críticos, así nacieron para “comprometerse por la explotación, la injusticia y dominación del territorio”.