La voz de México en el Consejo de Seguridad
Por Gabriela Rincón

Ilustración: José A. García
El 1º de noviembre pasado nuestro país asumió la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, el órgano político de más alto nivel de la Organización, pues es el único cuyas resoluciones tienen un carácter vinculante, está habilitado para autorizar acciones militares directas, y los temas abordados por sus integrantes adquieren vital importancia en la agenda internacional.
En la conferencia, La importancia de la presidencia de México en el Consejo de Seguridad de la ONU, la doctora Estefanía Cruz, del CISAN, explicó que dicho Consejo está conformado por cinco miembros permanentes: Estados Unidos, China, Rusia, Gran Bretaña y Francia, que son los únicos con el derecho de vetar resoluciones y propuestas.

Dra. María Cristina Rosas. Foto: Twitter
Al respecto, la doctora Cristina Rosas, internacionalista del plantel, externó que debido al poder desproporcionado que ostentaban estos cinco miembros, se creó la figura de los “miembros no permanentes”, es decir, 10 países electos por un mínimo de dos tercios de la Asamblea General.
“México llega a esta presidencia, en un momento en que el Consejo de Seguridad se encuentra debilitado y paralizado, donde el veto se utiliza indiscriminadamente para responder a agendas específicas”, precisó la docente.
Ante esta situación, los ponentes concordaron en que México debe tratar de ser un concertador en materia política; lo que es especialmente importante, a la luz de los crecientes desacuerdos imperantes entre los miembros permanentes. Asimismo, y dado que se está gestando la reforma de dicho organismo, nuestro país debe poner especial énfasis en que ésta sea integral y aplicable a los demás órganos de Naciones Unidas.

Dr. Edmundo Hernández-Vela. Foto: Boletín UNAM-DGCS-958
“México tiene una importante oportunidad para hacer valer su voz y se le considere un miembro permanente del Consejo de Seguridad”, mencionó en su turno el doctor Edmundo Hernández-Vela.
El Consejo de Seguridad fue creado al término de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de brindar soluciones a los diversos problemas del escenario internacional; sin embargo, debido a conflictos internos, se ha quedado corto en su misión, razón por la cual México debe aprovechar su cargo para proponer alternativas e intervenir de manera proactiva.