La solidaria obra internacionalista de Fidel

Roberto Herrera Carassou, Doctor en Sociología por la UNAM nos brinda en este artículo una opinión sobre la faceta humanitaria de Fidel Castro. Ilustración: Ángela Alemán
“compartir lo que tenemos, no lo que nos sobra” Fidel ha dejado una huella muy profunda en la historia de América Latina y del resto del mundo por su proverbial solidaridad humanista. Su concepción del internacionalismo proletario rebasó los límites de la tradicional consigna partidista. No hubo en su política de asistencia humanitaria, reconocida mundialmente, distinción de credo político. Su idea de la amistad entre los pueblos rebasó el marco de la protocolaria y fría ayuda recíproca. Incluso sus adversarios políticos sintieron la mano franca y amiga portadora de recursos hasta en los momentos de escasez más aguda para la economía cubana, doblemente asediada por el infame bloqueo norteamericano y la desaparición del campo socialista. Su lema fue “compartir lo que tenemos, no lo que nos sobra”, y este principio se cumplió con ejemplar sentido del deber internacionalista por el líder y el pueblo cubano.
«El mundo entero se hizo eco de esas sinceras manifestaciones de reconocimiento y gratitud a la figura del fallecido líder de la Revolución Cubana.» Obviamente para sus enemigos más acérrimos esos gestos humanitarios fueron realizados con fines propagandísticos. Pero esto es una insostenible falacia. Haití nunca ha podido cubrir el costo de la estancia de los brigadistas cubanos del sector salud y Cuba nunca los ha retirado o ha hecho alarde alguno de su fraternal ayuda. La independencia de Namibia y la guerra en defensa de la libertad de Angola, que permitió la derrota del Apartheid en África del Sur y la emergencia de su democracia, cobró la vida de miles de combatientes cubanos voluntarios. Sin embargo, allí no quedó ninguna deuda por cobrar. Al concluir la Operación Carlota y desmovilizarse sus victoriosos combatientes, Cuba jamás ha permitido que se hable siquiera de compensación alguna. Mandela lo llamó “hermano grande” cuando destacó ante su pueblo este histórico episodio y la estatura fraterna, solidaria y revolucionaria de Fidel. Así lo reconocieron también las decenas de jefes de Estado y de gobierno que asistieron a sus funerales al expresar públicamente la eterna gratitud de sus pueblos por su generosa ayuda y amistad. El mundo entero se hizo eco de esas sinceras manifestaciones de reconocimiento y gratitud a la figura del fallecido líder de la Revolución Cubana.
Dr. Roberto Herrera Carassou
Profesor de la Facultad.
Doctor en Sociología por la UNAM