La política, más que poder e interés, es un tema de ideas y creencias
Por Juan Carlos Angulo Martínez

Dr. René Millán. Foto: Roberto Iván Recinos
La política es algo más que interés y poder, es un tema de ideas y creencias, pues si ésta sólo se basara en lo primero, sería asimétrica y desordenada, no tendría estructura; el interés es caprichoso, no tiene parámetros; en cambio, las ideas conllevan un poder de tres tipos: persuasivo, de creación de expectativas y de estructuración de argumentaciones.
Hay ideas más convincentes que otras, ya que dependen de la capacidad discursiva de los actores; por ello, las coaliciones generan significados y trascienden. De igual modo, todas las ideas tienen una parte normativa y cognitiva, y en su producción es vital la función comunicativa, donde intervienen medios de comunicación, políticos y académicos, entre otros.
En este sentido, las ideas articuladas del discurso político son un escenario de acción y disputa por un cambio y por las políticas que lo acompañan; de ahí la importancia de aprender a hacer política y validarla.

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En los anteriores términos se expresó el doctor René Millán Valenzuela, sociólogo de la Universidad de Turín, Italia, en el Seminario virtual de investigación sobre sociología contemporánea, en el cual precisó: “Que se abran espacios de liberación, de ideas de actores que se articulan en discursos; el discurso político es central, pues en él participan funcionarios, expertos, académicos, políticos, partidos, ONG´s, organismos internacionales y miembros de movimientos sociales”.
El también investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM señaló que cuando se delinea una revolución, los nuevos paradigmas políticos tratan de edificar una nueva autoridad y también nuevos parámetros; por eso, puntualizó, López Obrador no es un loco cuando dice que él tiene otros datos; esos datos son construidos en sus paradigmas.

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El profesor agregó que los paradigmas se autofundan, ya que es muy difícil que uno acepte los medios de verificación y construcción de datos de otro modelo, por encima de los propios. En este marco, no es extraño que frente a los paradigmas políticos nuevos se den batallas y juicios, como sucede con México.
El fundador de la Revista de Investigación Social indicó que la autoridad política vale cuando fulano expresa algo, cuando él tiene un peso específico en la verificación de lo veraz, nos guste o no. Finalmente, destacó que el cambio de paradigmas rompe el proceso cerrado de información y generación de políticas; es decir, abre redes o temáticas para el debate, revela las modificaciones que requieren las ideas, y construye un mercado ideológico y de intereses, pero con una autoridad legitimadora distinta.