La emoción por el balompié se aprovecha ventajosamente
Por Adriana Aimme Peñaloza Soto

El autor de esta obra obliga a mirar más allá del espectáculo del futbol. Los tacos de estos zapatos, elaborados con materiales como tierra, alambre y chaquira, que aluden al arte huichol, representan a los migrantes y trabajadores invisibles que están detrás de los mega eventos. Foto: Derek Vargas.
Si bien en un Mundial el fomento del deporte a nivel internacional es importante, también debemos adentrarnos en las profundas redes de los agentes sociales, políticos y económicos que lo mueven, pues muchas veces se deja de lado el disfrute futbolístico y se aprovecha ventajosamente la emoción y anhelo de las personas por vivir en carne propia esta experiencia.
No hay que olvidar que la FIFA se lleva íntegramente las ganancias monetarias, ofreciendo sólo el prestigió o peso de este nombre, como único aval de un posible rédito en el turismo creación de empleos y mayor visibilidad de las sedes, sin asegurar un proceso satisfactorio.
Así lo sostuvo Juan Gerardo Orellana Suárez, sociólogo de la FCPyS y experto en la materia, en la mesa de análisis, «La Ciudad de México, sede por tercera vez de la copa del mundo: retos y oportunidades», moderada por Maximiliano Aguilar Salazar, director de Deporte Representativo. El profesor mencionó, asimismo, el doble discurso del gobierno de la Ciudad de México, al señalar que el Mundial dejará un legado para la comunidad en obras públicas, cuando la infraestructura ya existe y sólo hay una remodelación, con lo cual éste «será más bien un evento de consumo».
Explicó que se han anunciado remodelaciones en el tren ligero “El Ajolote”, lo que incluye nuevos convoyes y un sistema de regulación de trenes, y como parte del plan integral de movilidad se prevé la creación de una ciclovía que conectará la calzada de Tlalpan y el Zócalo. Con esto, siguió, la derrama económica de más de 600 millones de dólares se concentrará en la alcaldía Cuauhtémoc, donde, según datos de la Secretaría de Turismo local, se registra el 52% de la actividad hotelera, lo cual refleja la disparidad de un evento que se presume como homogéneamente benéfico en términos económicos, cuando no es así.

FMientras, los balones, uno de ellos con un diseño que recuerda un billete de dólar, exponen cómo el deporte más popular del mundo ha sido secuestrado por intereses corporativos. , mientras que los tacosoto: Derek Vargas.
En el contexto de las Jornadas, A un año de la Copa Mundial también se presentó Jonathan Montero Oropeza, doctor en ciencias sociales, quien apuntó que eventos de talla internacional como los mundiales son una puerta de oportunidad que los países buscan aprovechar desde diversas aristas; por una parte, intentan dar una buena imagen hacia el exterior y, por otra, se enfocan en capitalizar su economía a nivel mundial.
No obstante, abundó Oropeza, estos megaproyectos también generan resistencias, como en Japón, cuando albergó las Olimpiadas de 1964, y que bien ilustra la película La colina de las amapolas, producida por el prestigiado Studio Ghibli, donde se aborda la identidad y cómo el denominado progreso puede caminar a ciegas si no se mira atrás. Uno de estos resultados es que gran parte de la población que vive cerca de las ciudades, regiones o áreas destinadas a formar parte de la modernidad sufre desplazamiento, arrebato de vivienda, lugares de esparcimiento y signos de pertenencia, lo que genera problemas sociales a largo plazo.

Juan Gerardo Orellana Suárez y Maximiliano Aguilar Salazar. Foto: Derek Vargas.
Luego de recordar al filósofo francés Henri Lefebvre, quien dice que no existe espacio en la Tierra que no sea parcelado, arrendado, vendido o explotado, el ponente habló de las relaciones de poder y los intereses del Estado y los empresarios que convergieron en la CDMX para transformarla en la mega urbe que es. Dijo que Azcárraga Milmo trabajó con Guillermo Cañedo, férreo impulsor para que México fuera sede del Mundial en 1970, pues éste se había percatado que mega eventos como los Juegos Panamericanos de 1955 habían sido todo un éxito y deseaba obtener lucrativas ganancias.
Añadió que el futbol en México no era hasta mediados del siglo XX ni el deporte representativo nacional, ni gozaba de la popularidad e importancia actual, siendo superado en ese entonces por el box y el beisbol. Los Azcárraga ya no estaban conformes con sólo transmitir los partidos, sino deseaban ser parte activa de los negocios siendo dueños de algún equipo y focalizaron sus esfuerzos en el desarrollo del «soccer» como deporte predilecto de la sociedad mexicana, a partir de la compra del club América.
Así, en 1959 la televisora comenzó a tejer su hegemonía en la Federación Mexicana de Futbol, pero en la memoria histórica del país y específicamente de la Ciudad de México, la construcción del colosal estadio Azteca significó, en 1962, el desalojo violento y derribo de más de 400 casas de las colonias Santa Úrsula y el Ajusco, por parte de Ernesto Peralta Uruchurtu, entonces jefe del Departamento del Distrito Federal, con el beneplácito de la presidencia de Díaz Ordaz.
Hechos como éste, resaltó Oropeza, implican cuestionar hacia dónde va el desarrollo, a quién atiende o busca beneficiar este tipo de proyectos y quiénes son los más perjudicados con la instauración de estos proyectos de urbanización.