Golpes suaves y guerra psicológica en México

Rafael Barajas «El Fisgón». Fotografía: Francisco Gómez| Gaceta Políticas
Los medios de comunicación masiva, tales como la radio, la televisión y la prensa, son aparatos de difusión de ideas eficaces; por ello son el elemento central de las guerras de cuarta generación o mediáticas.
La mayoría de los medios de comunicación, particularmente en América Latina, se concentran en las manos de pocos empresarios, quienes defienden intereses particulares. “Es importante ver cómo estos grupos han tenido un peso central en los debates políticos” de los países de la región, destacó el monero Rafael Barajas, “El Fisgón”, durante la conferencia, “En nombre de la libertad: cuarta transformación y ultraderecha”.
La ponencia fue parte de la presentación de una producción documental del mismo nombre, creada por el Canal Seis de Julio. El producto audiovisual presenta una investigación respecto a los denominados “golpes suaves” y “guerras de cuarta generación”, en la cual algunos medios de comunicación juegan un rol central en la deslegitimación de gobiernos latinoamericanos.
Mediante propaganda y la selección cuidadosa de contenido, se buscan promover los objetivos de la agenda privada y normalizar la violencia. Desde la implementación de políticas neoliberales, afirmó el caricaturista político, ha habido un incremento de ésta, particularmente contra las mujeres. “Un régimen que fomenta la violencia, utiliza la violencia para perpetrarse.”
¿Qué son los golpes blandos?
Las guerras de cuarta generación no requieren de la participación militar, las armas nucleares ni las pistolas. Basta con un televisor, una radio o un periódico de gran tiraje para difundir el mensaje. “Eran guerras no convencionales, en las cuales la población podía ser controlada mediante una guerra que mezclara propaganda y terror.”
A través de cinco etapas, que retomó Barajas del politólogo Gene Sharp, se busca desestabilizar gobiernos e imponer los intereses específicos de grupos de derecha y ultraderecha. Durante la primera etapa, denominada “de ablandamiento”, se promueven en el público emociones como miedo, desesperanza y descontento. La segunda se encarga de quitar el prestigio del movimiento político atacado, frecuentemente mediante la difusión de noticias falsas o fake news. Posteriormente se convoca a manifestaciones y se busca la participación activa y presencial de los descontentos. Esto lleva a una desestabilización del gobierno, lo cual da pie a un golpe blando, a veces con el apoyo por la comunidad internacional.
En esta etapa de ingobernabilidad y desestabilización, Barajas destacó el reciente caso del partido Morena. El pasado lunes, el senador Martí Batres señaló al senador Ricardo Monreal por rechazar su reelección y, de acuerdo con sus declaraciones a través de Twitter, por ensuciar el proceso interno del grupo parlamentario de Morena, con el propósito de sacarlo de la mesa directiva. “Una crisis al interior del partido (Morena) le vendría maravillosamente bien a este sector,” apuntó el periodista con referencia al sector de derecha.
Combatir los golpes suaves
Para Blanca Montoya, cineasta y psicóloga, es necesario primero seguir la premisa irrefutable de cualquier guerra: conocer el campo de batalla. En el caso de las guerras de cuarta generación, los ataques son psicológicos, por lo cual es preciso conocer la mente humana. Por ello, los atacantes tienen como un objetivo las emociones, en las cuales se implanta el miedo, el odio, la violencia y la desesperanza. Estas emociones también están relacionadas con problemáticas sociales, tales como el racismo, clasismo y la misoginia, afirmó la ponente.
Las emociones, destacó, permiten sembrar ideas que se defienden lejos de la racionalidad de las mismas.
“¿Cómo hacemos para que la mayoría viva bien? Eso es la política, la política deviene del amor. Entonces, si nosotros tenemos que contrarrestar el miedo, el odio, la violencia y la desesperanza, primero tenemos que tener la capacidad de amar.”