Formar comunidad universitaria también con las clases en línea
Por Mario González y Manuel A. Robles

Inauguración de las charlas Ventanas de reflexión docente. Fotografía: Carlos López| Gaceta Políticas
Los desafíos educativos en el mundo de la COVID-19 se pueden dividir en siete: ecológico, antropológico, epistemológico, ético, social, tecnológico y de gestión, los cuales tienen como causas las noticias falsas, la mercantilización del conocimiento, la sobresaturación de información, el reino de la opinión y la hiperespecialización de los saberes.
Así lo afirmó el 7 de abril el doctor Juan Martín López Calva, decano de Artes y Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de Puebla, en la conferencia “Los desafíos éticos en la construcción de comunidades educativas contemporáneas”, misma que forma parte de las charlas: Ventanas de reflexión docente, organizadas por el Centro de Estudios Teóricos y Multidisciplinarios en Ciencias Sociales (CETMECS) del plantel.
López Calva añadió que los retos antes citados sí se pueden enfrentar, ya sea de forma analógica o a distancia; pero es necesario no asumir el papel de catalizadores en un sistema injusto, ni el de víctimas que no pueden transformar nada, sino actuar como entes que eduquen con visión crítica de la sociedad, para poder transformarla.
En este marco, compartió cuatro consejos importantes para los docentes: asumirse como seres paradójicos, tener una buena historia para contar y saberla contar bien, poner toda la vida en lo que se hace, y amar al mundo y a los hijos, para hacernos responsables de él y para no excluirlos a ellos de esta realidad.
Agregó que para encarar los desafíos referidos, la respuesta es enseñar la moral como estructura, así el alumnado no se verá como un ente que recibe valores de generación en generación, sin importarle la geografía o la cultura, sino que se construirá como un ser crítico y consciente que sabrá tomar decisiones racionales y pensadas. Esta forma de interactuar, dijo, es necesaria para la creación de estos espacios educativos que tienen como finalidad la convivencia dialéctica, que con argumentos sólidos avanza y genera progreso, en lugar de la toma de decisiones que sólo responda a intereses personales o privados que conducen a la decadencia.
La inauguración de este ciclo estuvo presidida por la doctora Carola García Calderón, directora de la Facultad, quien celebró la creación de estos espacios tan necesarios en el contexto del actual confinamiento, donde los universitarios enfrentan problemas de interacción social, el cansancio y las limitaciones (o falta) de conectividad a internet, y que han derivado en bajas temporales de estudio.
También indicó que los docentes deben aprovechar las nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza-aprendizaje, repensar el contenido de lo que se enseña y considerar elementos como la motivación, creatividad e innovación en las estrategias didácticas.
En la primera mesa de análisis de estas Ventanas, denominada “Formación del sentido de comunidad universitaria en el contexto pandémico”, la doctora Yolanda Paredes Vilchis, coordinadora del CETMECS, señaló que el periodo de confinamiento y clases virtuales ha sido propicio para resaltar la capacidad de resiliencia y adaptación a nuevas formas de interlocución, ya que “el docente se construye en un proceso de continuo diálogo con los alumnos y alumnas”.
En su alocución, el doctor Carlos Gallegos Elías, sociólogo de la FCPyS, alertó que las condiciones estructurales de desigualdad que enfrentan los estudiantes se han magnificado por las clases en línea, y planteó repensar ese concepto de comunidad, según el cual, sin espacios físicos ni intercambio de ideas, no hay comunidad universitaria.
En su momento, la profesora Alejandra González Bazúa apuntó que la construcción de comunidad en medio de cátedras virtuales con jóvenes desconcertados y angustiados se torna complicada, hecho que se suma a una deserción a la alza y a cuestionamientos sobre la pertinencia didáctica y pedagógica de estas clases. A pesar de esto, la docente destacó un horizonte de oportunidad en las nuevas tecnologías de la información para lograr socializar el conocimiento.
La pandemia alteró la vida cotidiana, afectó la identidad y el sentido de comunidad por la falta de vínculos físicos entre alumnas, alumnos y docentes, coincidió por su parte el doctor Raúl Anzaldúa, de la Universidad Pedagógica Nacional, quien precisó: “ahora la identidad y la comunidad se generan desde nuestra habitación, sala o estudio”.
En este marco y desde su experiencia en la Universidad Autónoma Metropolitana, la doctora Silvia Pappe Willenegger también enfatizó en el reto que ha representado trasladar y traducir las formas pedagógicas presenciales a entornos digitales. Su propuesta fue fomentar el trabajo en equipo durante las clases remotas para tratar de formar comunidad universitaria.