Estudiante del CRI gana el concurso «Mejor tesis de licenciatura»
Por Itzel Zárate

Shell Mariana Pérez Vargas.
Shell Mariana Pérez Vargas, de la carrera de Relaciones Internacionales, ganó el premio a Mejor Tesis de Licenciatura, en el «13º Concurso del CISAN sobre América del Norte», con un trabajo de investigación de profundo compromiso y que ha dejado una verdadera huella, pues entrelaza el rigor académico con una sensibilidad genuina hacia la realidad de las personas en movilidad.
Su indagación, titulada: Biopolítica y necropolítica en el discurso hegemónico de la migración, no es sólo un aporte teórico; es también un acto de denuncia, una defensa de la dignidad humana y una invitación urgente a repensar las formas en que miramos las fronteras. En las páginas de su tesis muestra cómo los discursos hegemónicos, articulados por instituciones globales, refuerzan jerarquías raciales, económicas y geopolíticas que condicionan quién merece moverse, vivir o ser protegido.
La internacionalista no sólo aborda las migraciones en el mundo desde marcos posestructuralistas y enfoques decoloniales, sino se nutre de experiencias personales, voces silenciadas y vivencias que le permitieron acercarse al fenómeno con una mirada empática y transformadora.
Con una perspectiva audaz y crítica, explora los conceptos de «biopolítica» y «necropolítica» que atraviesan las políticas migratorias contemporáneas. De a cuerdo con sus palabras, «la biopolítica es el biopoder; esos mecanismos para regular procesos como la migración, nacimiento o muerte, ejercido mediante leyes y políticas públicas; pero no opera sola, sino con la necropolítica, que diferencia a quienes “deben vivir”, de quienes pueden morir, mediante prácticas que provocan sufrimiento». Este marco teórico, aplicado a las migraciones del Sur Global, revela cómo las narrativas oficiales normalizan la exclusión.
Como parte del reconocimiento a su trayectoria, en Gaceta Políticas sostuvimos una entrevista con la alumna, en la que compartió los desafíos, motivaciones y el proceso creativo detrás de su tesis premiada.
— ¿Qué fue lo que te llevó a investigar sobre migración?
«Empecé a enfocarme en temas sobre movilidad humana, más o menos en quinto semestre, y poco a poco fui encausando hacia él las investigaciones que hacía en cada materia. Conocí a personas increíbles, como Ximena Suárez de la Cruz (en Sin Fronteras IAP). Luego me fui encontrando con la gestión de casos que tocaron algunas partes sensibles, quizá de mí, incluso relacionados sobre todo con niñez y mujeres solas en movilidad, y con los espacios de estaciones migratorias que, como bien escribo en la tesis, se vuelven lugares donde la necropolítica está en su cenit.
«Pude conocer el tema sobre todo de voz en voz… y me di cuenta de que, en realidad, lo que tiene que ver con movilidad humana, desde mi perspectiva, es un tema muy amable con las y los estudiantes; es muy dinámico y siempre necesita ser repensado. Y, pues, si eres estudiante, quieres tener chances de proponer cosas nuevas, ¿no?»

Festejo por el gran logro.
—¿Cómo manejaste un tema tan complejo?
Trabajo en ACNUR y todo el tiempo conocemos casos que a veces necesitan mucho más de lo que tú les puedes brindar en ese momento. Para empezar «es indispensable que existan espacios de atención psicológica para las y los trabajadores humanitarios; porque esto siempre se vuelve un tema de estar para ayudar, pero a ellos nadie les ayuda. La colectividad salva. Por ejemplo, en mi caso, durante la preparación de mi tesis, la doctora Ariadna Estévez abrió un espacio donde nos reuníamos varios compañeros, y compartíamos desde nuevas lecturas, hasta cómo nos sentíamos. Si no hubiera sido por ese espacio, definitivamente yo no hubiera podido, ni a nivel emocional, ni práctico, terminar la tesis».
— ¿Imaginaste que tu tesis sería reconocida?
«Nunca. Yo decía: disfruté enormemente hacer mi tesis. Lloré cuando terminé el proceso, porque yo quería continuarla. No quería que se acabara. Este premio no sólo me lo quedo yo, es socializado con toda la gente que me acompañó. Estoy muy agradecida con la UNAM y la FCPyS, que me dio las amistades que me ayudaron a sobrellevar el proceso, y a profesores como Héctor Vera y Marco Antonio Reyes, que nunca me soltaron”.
— ¿Qué mito sobre la migración deberíamos desechar?
«Que nunca les puede pasar a ustedes. Ese es el mito que hay que derrumbar. Nadie sale de su casa a menos de que ésta sea la boca de un tiburón. Es necesario pensar —o problematizar— que te puede pasar a ti, a mí, a cualquiera. Los haitianos no llegaran con sus campamentos y se pusieron donde quisieron; fue donde les dieron permiso. Si a mí, de repente, hoy me sacaran de donde vivo y además tuviera que esconderme, no sé dónde me metería. Uno hace lo que puede con lo que tiene».
— ¿Qué deben hacer los gobiernos o instituciones para mejorar la vida de quienes migran?
«Pensando en el contexto político actual, es fundamental el tema de la documentación. No es posible que una persona, por no tener un documento, no pueda trabajar, acceder a salud o revalidar estudios. Desde octubre de 2023, el INM dejó de emitir tarjetas de visitante por razones humanitarias, y eso tiene a muchas personas varadas. Es decir, no se trata de dar a las personas lo mínimo, sino lo que se merecen. La falta de papeles orilla a las personas a empleos informales, a ser sobreexplotados, tener pagos menores al salario mínimo. Aún más, si viajas sola y algo te pasa en el camino, nadie se da cuenta».
— ¿Recomendarías seguir buscando la titulación mediante la tesis?
Sí, hay qué insistir. Yo mandé mi propuesta a cuatro profes, y la doctora Ariadna Estévez me respondió. Resultó un trabajo con mucha escucha y trabajo colectivo.
— ¿Qué aprendiste de ti misma al elaborar tu trabajo?
Que yo puedo. No sola, pero puedo. No hay que temerle a la tesis; puede ser disfrutable si se tiene tiempo. Tuve la suerte de tener sustento y trabajar en “Sin Fronteras” mientras la escribía. Asimismo, me ayudó a politizar mi entorno y a conocerme profundamente. También me dieron ganas de seguir escribiendo; y de hecho, ya salieron un par de artículos. ¡Ya veremos si me dedico a la investigación! A veces lo que amas es mejor no convertirlo en chamba».
La comunidad de la FCPyS celebra este logro, que no sólo enaltece el nombre de la Facultad, sino también contribuye al debate público sobre un tema de relevancia global como la migración. Para Shell, este reconocimiento es un recordatorio de que, pese a la crudeza del tema, hay caminos para transformar la realidad desde la academia y la acción colectiva, y con su tesis y su trabajo en ACNUR demuestra que el pensamiento crítico, lejos de paralizarnos, puede ser un motor para exigir mundos más justos y con más empatía. Un llamado a que nadie vuelva a decir «esto nunca me pasará a mí».