
Estudiante de nuestro posgrado recibe premio del concurso Fósforo
Por Luis Ojeda
El futuro de la industria cinematográfica en México es un camino de resistencia, aseveró el maestro Óscar Badillo Pérez, ganador del primer premio en la categoría de posgrado del 12° Concurso de crítica cinematográfica Alfonso Reyes, “Fósforo”, en el marco del Festival Internacional de Cine UNAM 2022.
En entrevista para Gaceta Políticas, Badillo señaló que por mucho tiempo el cine mexicano se ha mantenido en este estado; sin embargo, “hemos visto a lo largo de estos años que el apoyo a la industria por parte del gobierno ha estado allí pero no ha sido estratégico”. Es decir, el dinero se ha orientado a elementos que no aportan a la historia del cine, a la representación del mexicano en el extranjero y tendría que ser un puntal vital, a través de festivales como el FICUNAM, señaló.
Actualmente Badillo Pérez estudia el doctorado en el Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales, donde escribe una tesis sobre las representaciones cinematográficas de la violencia organizada en la frontera México-Estados Unidos.
Por ello, tanto este tema de investigación, como el taller que ofrece el historiador Jorge Ayala Blanco, una institución en la crítica cinematográfica, fueron las principales motivaciones para participar en el concurso y ganar el primer lugar con el ensayo Pobo´Tzu´: Noche Blanca o sobre cómo funciona la tierra.
Añadió que antes de 2020, por cuestiones de presencialidad, no había podido participar en el mismo, pero ahora con el formato virtual, y con la tarea de escribir una tesis, aprovechó todos los elementos a su alcance.
Desafíos en la crítica cinematográfica
México es un país con una historia importante de producción cinematográfica, aunque bastante irregular, pues tuvo su etapa de cine de oro y después décadas donde la filmografía fue muy pobre; además, desde finales del siglo XX estamos bombardeados por una industria gigante, la del vecino del norte, expresó Badillo.
En ese sentido, abundó: “los desafíos de la crítica cinematográfica tienen que ver con generar públicos críticos que puedan articular reflexiones acerca de lo que están viendo. Uno escucha y cuando asume el papel de espectador, no puede dar por hecho que es pasivo”.
El concurso Fósforo y el FICUNAM, continuó, han tenido el papel de crear públicos y espectadores críticos, capaces de distinguir entre productos culturales complejos; entre aquéllos que no ofrecen nada o los que a la larga pueden resultar nocivos para la percepción de los mexicanos en el extranjero.
Cine mexicano en el extranjero
Hacer análisis de lo que se muestra del país en el extranjero es muy importante porque ayuda a entender cómo somos vistos y en qué se han fundado los prejuicios racistas hacia nosotros, y cómo se articularon estos estigmas contra el mexicano como una persona violenta o perezosa, expresó el también secretario técnico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN).
“Muchos de estos estigmas tienen origen en el cine, pues a lo largo de las décadas se exportó la idea nacionalista de que ser mexicano es ser charro y china poblana. En las últimas décadas esta representación se ha hecho mucho más plural, por ello, yo quisiera mostrar la imagen que se ha presentado en los documentales; en este género, los documentalistas representan los problemas y lo que significa ser mexicano”.
En mi investigación de posgrado, dijo, estoy analizando la violencia relacionada con el narcotráfico y es muy interesante observar cómo algunas documentalistas como Marcela Artiaga y Alicia Calderón hacen representaciones de los problemas que tenemos las y los mexicanos lidiando con la violencia, y el impacto que ésta tiene en familias y personas concretas.
“Creo que la representación se está democratizando, ya que la tecnología está más a la mano. La democratización de los medios de representación ayuda a diversificar la imagen que estamos exportando al extranjero; hay más voces y podemos comparar lo que se dice en el discurso oficial, así como los testimonios de personas de a pie”.
¿Qué sigue para el cine mexicano?
La industria cinematográfica mexicana se encuentra en una etapa de resistencia, pero para tener mayor impacto es necesario articular políticas públicas que favorezcan a los nichos culturales nacionales y apoyen a creadores que no tienen la forma de llegar a las grandes pantallas o a los circuitos que distribuyen sus películas.
“Esas políticas públicas tendrían que estar articuladas por las y los activistas, las y los universitarios y los creadores de las cintas; también por un gobierno sensible que reconozca que la cultura, el cine y la crítica cinematográfica son importantes para la vida del país y el futuro de su representación hacia fuera”, resaltó.