En Sociología, investigar significa partir de la realidad
Por Fotios Messados

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La vida cotidiana, el entorno circundante y las relaciones sociales son el contexto general a partir del cual inicia toda investigación para interpretar y dilucidar la realidad social. En este marco, la indagación sociológica es una herramienta indispensable en la generación del saber, misma que partiendo de la vida cotidiana, regresa a ella para explicarla científicamente, porque, de acuerdo con palabras de Marx, “si las cosas fueran como se nos presentan, la existencia de la ciencia sería superflua”.
Estas premisas fueron expuestas por los doctores Lorena Umaña, Selene Aldana y Alejandro Peña, adscritos al Centro de Estudios Sociológicos (CES), en la mesa de diálogo: “Artesanía intelectual: reencarnar la investigación social”, en la que los catedráticos discutieron, además, lineamientos y problemas en torno a la manera en que realizamos indagaciones y estudios, cómo estimular la imaginación y qué métodos se utilizan.
Para la profesora Umaña, “la investigación se inicia por muchos caminos pero sobre todo en la vida cotidiana, ya que ésta es la que me va interpelando y mueve a hacer Sociología”. De igual modo, apuntó que “los sucesos diarios revelan estructuras de la realidad.

Dra. Selene Aldana. Foto: Víctor Hugo Sánchez
En la misma línea, la doctora Selene Aldana insistió en “reconocer la relevancia de la vida cotidiana y nuestra experiencia del día a día para conocer “el mundo social”, el cual consiste en “el conocimiento situado y parcial, así como encarnado, es decir, el conocimiento del contexto.
La profesora destacó la importancia de otros saberes como “la oralidad, el lenguaje visual y los conocimientos sociales”, elementos que nos permiten estimular la imaginación. En definitiva, precisó, “en ciencias sociales debemos abrirnos en géneros no canónicos” y en “varios tipos de textos, porque se visibiliza la participación de subjetividades no hegemónicas”. Finalmente, resaltó la relevancia que tiene el estudio de los movimientos sociales en la labor de indagación.
El doctor Alejandro Peña habló de “la flexibilización de pensamiento y la imaginación sociológica, para hacer conexiones”, y así encontrar lo sustancioso de la realidad, lo cual existe bajo la apariencia de los fenómenos sociales.
Los ponentes coincidieron en la importancia de la observación en el estudio de la realidad social; las herramientas del investigador, como es la libreta para anotar lo que mira o las ideas que surgen de una asociación libre; el fichero, como medio para ordenar y clasificar la información, e incluso la grabación de la voz, porque, como apuntó Aldana, “nuestra memoria es frágil y no hay que confiar demasiado en ella”.

Dr. Alejandro Peña. Foto: Víctor Hugo Sánchez
La última etapa de una indagación es la exposición de los resultados o conclusiones. El investigador ha de saber escribir en una forma amena, pero no vulgar; esto es, “socializar el conocimiento científico” sin emplear conceptos rebuscados. Al respecto, el doctor Peña aclaró que la escritura es una habilidad técnica y por lo tanto puede mejorar; no obstante, antes de empezar a redactar, el individuo debe haber delineado mentalmente los argumentos que expondrá.
Por último, los sociólogos hicieron hincapié en la contradicción entre productividad en el campo de investigación y la docencia, o dicho de otra forma, entre resultados y calidad docente. La presión en torno a los resultados, según ellos, muchas veces pesa no sólo en la vida de los intelectuales, sino también en la relación profesor-estudiante. Asimismo, coincidieron en que investigación y docencia son “diferentes facetas complementarias de un mismo proceso”, pues, efectivamente, interactuar con los alumnos, como parte del cuerpo social, significa retroalimentarse con la realidad que se va a investigar.