Ellas en el fotoperiodismo
Por Luisa Díaz González Castelazo

Imagen: Freepik
Migración, deportes, violencia, derechos humanos y feminismo son sólo un puñado de los temas que retratan las fotoperiodistas invitadas a la mesa: “Narrar desde la fotografía”, la segunda del Conversatorio Construir nuevas narrativas, presentada en la FCPyS en el marco del 8M. Cada una de ellas, desde una diversidad de miradas, ha enfocado su lente hacia las realidades de México y el mundo, visibilizando problemáticas y mostrando ángulos ocultos.
En el evento participaron Sashenka Gutiérrez, de la Agencia EFE; Elizabeth Ruiz, del periódico Reforma; Jacky Muniello, de Bloomberg y CNN; Koral Carballo, fotógrafa documental independiente, y Verónica Cárdenas, del New York Times y la agencia Reuters, quienes compartieron con el público su trabajo y experiencias. Muniello, quien ha retratado a más mujeres que hombres, ha documentado la migración como la nueva esclavitud, ya que ha tomado fotos de las condiciones de explotación en las que trabajan los migrantes en Tyson, la empresa empacadora de carne más grande en Estados Unidos, donde sufren amenazas y no se respetan sus derechos. “Es muy importante para mí mostrar que hay muchas realidades en la migración, más allá de las caravanas”, comentó.
Cárdenas también cubre migración. Ella radica en McAllen, la ciudad fronteriza de Texas. “Supe de las primeras caravanas por Tinder”, compartió entre risas. Para dar cuenta de los migrantes se subió a La Bestia, el tren en el que éstos viajan. “Es importante documentar su dolor, pero no siempre mostrarlos como víctimas, sino en la vida cotidiana”. Durante la caravana migrante de 2018, Verónica se centró en un grupo de mujeres trans que buscaban solicitar asilo.
Ruiz se ha desarrollado en el ámbito de los deportes. Luego de dar algunos consejos, habló sobre la importancia de tener “timing”, es decir, saber cuándo tomar la fotografía. En el caso del futbol, “el balón siempre es importante, debe haber contacto con el jugador”. Por último, señaló: “la cámara no es el fotógrafo, pero ayuda mucho, y en deportes, más”.
Carballo es una fotógrafa veracruzana que ha abordado problemáticas sociales desde una óptica personal; es el caso de “Días de silencio”, su primer proyecto, que comenzó en 2011 y en cual capturó la transición en Veracruz, cuando el gobernador Javier Duarte llegó al poder y comenzó una espiral de violencia en el Estado. “Este trabajo casi nunca lo hago público, pero al tratarse de una escuela de periodismo lo quería compartir”, contó al auditorio.
Por último, Sashenka Gutiérrez mostró el trabajo que la convirtió en ganadora del Premio Ortega y Gasset: el retrato de Sandra después de realizarse una mastectomía de ambos senos y tomar la decisión de no reconstruirlos. “Sandra se convirtió en un volcán en erupción. Se hizo activista y ahora apoya a otras mujeres que viven el mismo proceso”, dijo la artista y añadió: en el fotoperiodismo, la mirada femenina importa y está creando nuevas formas de contar las historias.

Elizabeth Ruiz, Silvana Flores, Jacky Muniello, Koral Carballo, Verónica Cárdenas y Shashenka Gutiérrez. Foto: Daniela Reséndiz
Al abordarse el tema de los retos que han enfrentado al desenvolverse en su ámbito, las invitadas coincidieron en las barreras que aún persisten. Sashenka señaló: “aún nos estamos abriendo espacios; a pesar de que ya hay mujeres en los medios, sigue siendo complicado”.
Por su parte, Koral Carballo resaltó la necesidad de apoyarse entre colegas. “Cuando empecé, en 2009, muchos compañeros me decían: ‘¿estás jugando a ser fotógrafa?’ Y a pesar de que había otras mujeres me costó acercarme a ellas, porque primero debía conseguir la aprobación de ellos para que me hicieran un espacio”.
Entre sus conclusiones, las fotoperiodistas cuestionaron la distancia que se debe mantener con su trabajo, al admitir que se han identificado con las personas que han retratado y sus historias; no obstante, “hay trabajos que se prestan para involucrarse más que otros”, puntualizó Jacky. Finalmente, Sashenka invitó a las y los estudiantes a no tener miedo, y a no dejar de practicar.