El trabajo de campo no inicia ahí
Con información de Karla García López

Fotografía: Juan Carlos Gallo| Gaceta Políticas
“Prácticas de campo diversas en circunstancias emergentemente normales”, fue el tema analizado el 18 de noviembre como parte del encuentro virtual sobre Docencia y Prácticas de campo en Antropología, organizado por el Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM.
Durante esta tercera mesa se presentaron los doctores Abigail Meza Peñaloza, del IIA; Emmanuel Rodríguez Domínguez, de la FCPyS, y Sabrina Farías Pelayo, de la Coordinación Nacional de Arqueología del INAH, quienes compartieron sus experiencias en el campo, la aplicación de sus estrategias en confinamiento y cómo lo harán al salir de esto.
Para la doctora Meza, el futuro de las prácticas se ve claro, pues es consciente de que “esto no se va a terminar de un día para otro”, sin embargo, comenzar a abrir laboratorios de forma paulatina, con clases más didácticas y la reducción de grupos es una buena manera de abrir paso a la investigación antropológica que requiere forzosamente del campo.
En consideración del doctor Rodríguez, es complicado trabajar en las actuales circunstancias, no obstante, las personas que ya han estudiado antes en campo han ido perfilando algunos procesos, por ejemplo, realizan sus entrevistas vía Zoom y con notas de audio de WhatsApp.
Por su parte, la doctora Farías remarcó que, tanto en campo como en la modalidad en línea, no se deben subordinar objetivos sustanciales en los aprendizajes de los jóvenes. Reconoció dos retos que no pasan inadvertidos, uno relativo a las prácticas obligatorias en diferentes materias y otro relacionado al trabajo en laboratorio. Explicó que, dado que ahora ningún docente puede tomar el riesgo de llevar a los estudiantes al campo, el Consejo de Arqueología debería ser flexible para promover materiales con los que puedan trabajar desde casa.
Pero, ¿qué pasa con los estudiantes que no han tenido aproximaciones prácticas previas?
La doctora Enriqueta Lerma explicó que ella instrumenta una estrategia auxiliar, mediante la cual solicita a sus alumnos buscar materiales en sus viviendas, que les ayuden a construir un imaginario acerca de diferentes espacios o conceptos.