El feminismo no es un camino evolutivo
Por Tania Lucero Jiménez Cárdenas

Foto: Otras Palabras.
“El feminismo no es un camino evolutivo, los logros que se van consiguiendo en derechos y espacios conllevan retrocesos fuertes y resistencias voraces, pues la lucha tiene aristas sumamente complejas”. Con esta idea dio inicio la conferencia El movimiento feminista argentino hoy, entre avances, riesgos y retrocesos, en la que participó la doctora Gloria Ramírez, titular de la Cátedra de Derechos Humanos de la UNAM; Mónica Amilpas, jefa de la Unidad de Género de la FCPyS, y María Jazmín Steuer De Gusti, directora de la Faculta de Psicología de la Universidad Nacional de Chaco Austral, Argentina.
Steuer de Gusti trazó una línea histórica, pues su principal interés y preocupación es la transmisión intergeneracional de conocimientos y la relación con los jóvenes universitarios. En Argentina, comentó, la creación del movimiento «Ni una menos» significó dar pie a hablar de los feminismos, así como a prácticas feministas que se descalzaban del rigor académico.

Gloria Ramírez y María Jazmín Steuer. Foto: Isaac Totolhua.
El resultado de ello fue lograr masificar el acontecimiento y generar un fuerte apoyo de la sociedad, al hacerlo transversal en su adhesión al mismo. Tales movimientos que se fueron articulando generaron la lucha por la ley del aborto, que era una gesta que llevaba muchos años planeándose.
“Ni una menos» provocó la suma de múltiples fenómenos, detalló la ponente. En 2018, recordó, una actriz denunció a un actor de abuso sexual; el caso generó mucho revuelo porque hubo una ofensiva fuerte y un apoyo masivo de la asociación de actrices argentinas, así como un visto bueno mediático hacia la actriz; pero además, como un dominó, en las escuelas secundarias empezaron a mostrarse situaciones de chicas que sufrieron abusos y a denunciarlos”.
Al delinear esta línea histórica, la pregunta que surge es: ¿de qué manera se pasó de semejante movimiento social a que la semana pasada se haya prohibido el lenguaje de género? De acuerdo con Steuer, la respuesta yace en la noción de que las cosas no son evolutivas, y, para explicar, mencionó el tema del feminismo como un enemigo a los ojos de diversos grupos sociales.
Existen sectores que buscan implantar una organización donde el feminismo es uno de sus grandes enemigos, ya que es uno de los mayores motores de transformación social. Las feministas colocan el ojo en la economía y la desigualdad estructural, que va de la mano, de manera vertebral, con una organización económica específico. De esta manera, la especialista sostuvo que la interseccionalidad y los factores vulnerables son características determinantes.

Gloria Ramírez. Foto: Isaac Totolhua.
Asimismo, agregó, lo anterior va de la mano con un clima de época global, que tiene que ver con la instalación de las economías de plataforma, donde el sujeto neoliberal se explota a sí mismo. Por ello, actualmente existe una inhabilitación de la organización colectiva, dado que permean los trabajos individuales, donde no hay un jefe o jefa con una cara y uno interactúa con una plataforma. “Al feminismo se le tiene miedo porque pone el ojo donde no se quiere, con esa transformación económica”, finalizó, dando pie a una serie de preguntas y respuestas de los estudiantes.