El difícil acceso de discapacitados a la tecnología
Con información de Daniel Cruz

Acceso a las TIC’S. Fotografía: Daniela Medina| Gaceta Políticas
En la conferencia Acceso a las TIC’S: Derecho llave, organizada por el Programa Universitario de Derechos Humanos de la Facultad, se analizó el costo, monetario o intelectual, que requiere el acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), mismo que para las personas discapacitadas es aún mayor.
La profesora Mercedes Serrato señaló que las herramientas tecnológicas, como una computadora o teléfono apropiados, tienen precios elevados; que sólo la clase media alta puede pagar un buen servicio de internet, básico para acceder al conocimiento hoy en día, pues la mayoría de empresas ofrecen un buen ancho de banda por un precio caro, y por estas razones, los individuos con menos recursos económicos recurren a préstamos o créditos.
Además, la también doctora en Ciencias Sociales, agregó que manejar correctamente las TIC requiere de ciertas capacidades cognitivas y sensoriales, de las cuales muchos seres humanos carecen. En ocasiones, ciertos manuales no están bien digitalizados para usarse en un lector de pantalla, o tal vez ni siquiera haya tiempo de aprender a usar una herramienta que claramente no es accesible para una persona con discapacidad.
Alfonso Balderas, vicepresidente de la Comisión de la Juventud Sorda en México, habló sobre DeafTech, página web que integra diversos proyectos incluyentes para sordos: desde stickers para WhatsApp y un diccionario en lengua de señas, pasando por un buscador para encontrar escuelas, hasta música que se puede sentir por las vibraciones de la bocina. Su proyecto busca quitar obstáculos que estas personas tienen para usar la tecnología.
En cuanto a los discapacitados de bajos recursos, Silvia Aquino, profesora de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, comentó los conflictos a los que se enfrentan los alumnos de clase social baja y con problemas motrices y visuales. Dijo que estos estudiantes se han dado de baja, evidenciando así la falta de capacidad de los profesores, ya sea porque no tienen empatía o no controlan las plataformas virtuales para dar clases correctamente.
Por su parte, Sergio Rodríguez, maestrante en Periodismo, incitó a los congresistas, conferencistas y profesores a que usen algunas aplicaciones ya existentes para, por ejemplo, poner subtítulos en tiempo real durante una conferencia, tanto presencial como virtual. Destacó que los teclados de los celulares cuentan con un traductor, e incluso simplemente se puede dictar por voz y éstos escribirán automáticamente; asimismo, puntualizó que es importante dar a conocer estos trucos a las personas que realmente lo necesitan.
Por su parte, Sergio Luján, desarrollador de aplicaciones web, ofreció un poco de realidad al informar que algunas empresas, con sus aparatos de inteligencia artificial que prometen ayudar a discapacitados, “sólo venden humo”. La mayoría de productos, dijo, causan frustración por su mal funcionamiento, como algunos prototipos de anteojos electrónicos que pueden ser manejados con comandos de voz, pero que al final no salen al mercado.
Si bien reconoció que los proyectos son buenos en intenciones, están mal ejecutados. La solución que propuso fue que las personas con diferentes discapacidades sean integradas desde el diseño de los productos y no sólo sean usadas para probar las versiones finales. “Nada sobre nosotros sin nosotros”, sentenció.