El capitalismo daña a la naturaleza
Con información de Daniel Cruz

Conversatorio Colapso ecológico y desarrollo sostenible. Fotografía: Karla García| Gaceta Políticas
El extractivismo es la obtención de bienes naturales de un terreno determinado para provecho económico de empresas trasnacionales, las cuales no toman medidas pertinentes para cuidar la naturaleza, provocando así severos daños. Las maestras Ictzel Maldonado, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH); Pollete Rivero, del Posgrado en Estudios Latinoamericanos; y la Licenciada Daniela Rezago, del Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales, analizaron las afectaciones de dicha actividad en la primera edición del conversatorio, Colapso ecológico y desarrollo sostenible, organizado por el Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad.
Maldonado destacó que el extractivismo tiene un gran contexto histórico ya que, a pesar de ser un tema relativamente nuevo en el debate público, se ha llevado a cabo durante varias décadas. Además, mencionó que de manera global siempre se ha considerado a Latinoamérica como una gran región que sólo exporta materias primas, lo que da pie a una extracción desmedida de recursos.
Asimismo, exhortó a que se analice la relación que tienen los grupos campesinos y activistas con la naturaleza, pues éstos cuidan sus tierras al mismo tiempo que obtienen recursos económicos de las mismas. Ello se debe, afirmó, a que los grandes actores capitalistas ponen al mercado como centro de todo y dejan de lado al medio ambiente.
En ese sentido, Rivero dijo que el capitalismo necesita un control casi absoluto de su entorno para poder asegurar una producción estable, y es por ello que modifican el entorno natural. La desventaja, indicó, es que quizá esos daños puedan ser irreversibles, y a nivel global puede causar una crisis ecológica severa. Tal es el caso de los sembradíos homogéneos de soja, que además de ser transgénicos y dañinos a la salud, matan toda la diversidad del terreno.
La también funcionaria de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (CIBIOGEM), aseguró que el capitalismo tiene una gran adaptabilidad, toda vez que ya se está dando el extractivismo desmedido en países en los que jamás se habían tocado sus áreas naturales por falta de tecnología y desarrollo.
La profesora Rezago señaló que toda actividad extractivista involucra violencia, pues muchas veces las empresas buscan que los defensores del medio ambiente de las provincias no les estorben, y lo hacen con amenazas o métodos para invisibilizarlos. Como resultado de esa violencia estructural existen varias zonas naturales sacrificadas para el provecho económico.