Dialogar sobre la etnografía digital

Karina Bárcenas Barjas. Fotografía: Elizabeth Sepúlveda| Gaceta Políticas
Un método de investigación cualitativa, que se inserta en un paradigma de producción de conocimiento a partir de la observación de las prácticas sociales en Internet, es el método de la etnografía digital, que permite al investigador producir datos a partir de la construcción de su campo de estudio en esa materia.
Así lo señaló la doctora Karina Bárcenas Barajas, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, al participar en la charla virtual Etnografía Digital, organizada por el Laboratorio de Métodos en Ciencias Sociales, del Centro de Estudios Políticos de la FCPyS.
Si se habla de etnografía, ésta frecuentemente es comparativa, desplegando conceptos comunes a través de sitios de campos distintos, con el fin de mostrar diferencias en formaciones culturales, apuntó.
Sobre la etnografía digital, la doctora Bárcenas retomó los estudios del antropólogo británico Daniel Miller, quien habló de las redes sociodigitales (RSD) como la tercera revolución, recordando que la primera se refiere al Internet y la segunda al teléfono celular; el fin de los investigadores a partir de esta tercera revolución, es reflexionar sobre lo que hacen los usuarios en Internet y cuáles son los límites y alcances de la etnografía digital en función de las prácticas de los usuarios.
Preguntarse cómo el mundo cambió las RSD, cómo las RSD transformaron al mundo; cuáles son las escalas de sociabilidad entre lo público y lo privado a través de las cuales se sitúan las diferentes RSD; qué es lo que las personas comunican a través de dichas redes, y cuáles son las consecuencias de lo que publicamos, son cuestionamientos interesantes que requieren análisis, explicó.
Recordó que el punto de partida del método de la etnografía digital es la web 2.0, es decir, no es un método nuevo. Su trayectoria se puede distinguir en tres periodos: etnografía clásica, multilocal y actualmente la digital, “situada en una coordenada onlife (en línea y fuera de línea)”, donde lo que sucede en línea ocurre también fuera de este ámbito, con un tiempo no cronológico, en el que pueden coincidir el presente, pasado y futuro.
Sus ventajas son el tiempo no cronológico, como se señaló antes, además de interactuar con diferentes personas de otras partes del mundo; hay una ampliación en el alcance y cobertura en proyectos de investigación cualitativa y observación de otras coordenadas, más allá de las fronteras geográficas, es decir, implica construir una perspectiva.
Las desventajas, mencionó, son la pérdida de la oralidad y de la comunicación no verbal, así como la asincronía de la comunicación; por ejemplo, obtener respuestas a preguntas dos o tres días después, y la estratificación, pues no todos tienen acceso a Internet.
Así, realizar etnografía digital no es un trabajo menor al de la etnografía en campo; pensar esto es parte de la incomprensión de este método, ya que la innovación metodológica no sólo es fruto de los cambios producidos a partir de las tecnologías digitales, sino de los paradigmas emergentes que han puesto en duda y problematizado muchos de los supuestos teóricos tradicionales. Por ello, la actualización metodológica debe ir de la mano con la renovación teórica, comentó la expositora.
Finalmente, Bárcenas señaló que los riesgos del método etnográfico digital son la comprobación de la veracidad de la información, así como las posibilidades de engaño de los informantes; por ello se necesita tener claros los principios generales del quehacer ético en la etnografía digital, pues se debe estar consciente que se trabaja con seres humanos, para evitar perjudicar a los demás psicológica, emocional o físicamente.