Desafíos electorales pendientes

Evaluación de las Elecciones 2018. Fotografía tomada de Internet
“El costo de las elecciones es el resultado de las actividades para cumplir con lo que la Constitución y la ley electoral mandan”. Así lo afirmó Claudia Zavala, consejera del Instituto Nacional Electoral (INE), quien destacó el interés ciudadano en la jornada electoral de 2018. Indicó que ante el hartazgo de la sociedad y en el marco de los comicios más complejos en la historia, los mexicanos se informaron como nunca y participaron en importante medida. La población no se concentró en quién ganaba, sino en saber si iban a dejar ganar a López Obrador, precisó.
Indicó que el INE brindó la información electoral correcta y recordó los tres debates presidenciales en donde la concurrencia ciudadana se hizo presente. Dijo que los partidos políticos gastaron lo que en el marco de las normas se manifiesta. Informó que actualmente existe la iniciativa de fusionar dos direcciones del INE, la de capacitación y la de organización, a fin de tener un menor gasto y hacer más eficiente su estructura; no obstante, se manifestó en contra de esto porque puede desmejorar mucho el trabajo en elecciones.
Pidió reflexionar sobre las muchas atribuciones del INE, órgano que, dijo, debe ser la autoridad administrativa, autónoma, independiente y competente para integrar el padrón electoral, mantenerlo actualizado, emitir la credencial para votar y organizar las elecciones y los ejercicios de participación ciudadana que indica la Constitución.
Retos y preocupaciones en materia electoral
María Marván, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, mencionó cinco retos fundamentales en materia electoral. El primero es la inmensa fortaleza y debilidad de los partidos políticos en el país. Luego de señalar que en 20 años México lleva cuatro alternancias, aseguró que el dinero público es la debilidad de muchos partidos, así como el hecho de que éstos no tienen procesos de selección interna de candidatos, pues esto les da pavor.
El segundo reto es el déficit democrático, dada la disposición de partidos y candidatos de hacer trampas a la ley, tales como las coaliciones parciales, el financiamiento público y la fiscalización a los candidatos. El tercero es la hiperjudicializacion del sistema, pues todo se resuelve en los tribunales, todo lo que no se gane en las urnas se puede lograr en tribunales. El cuarto es el de la comunicación política, es decir, las autoridades electorales deben juzgar lo que se dice en las campañas, revisarlo y evaluarlo.
El quinto reto es el debilitamiento del régimen democrático, razón por la cual, si no nos preocupamos todos por fortalecer la democracia, no irán bien las cosas. Finalmente recalcó que se deben aceptar las derrotas y decisiones de la autoridad por encima del triunfo personal, siempre por el bien del país.
Desde otra perspectiva, Víctor Alarcón, profesor de la UAM Iztapalapa, explicó que hoy estamos en una nueva reforma electoral, pero que no habrá nada perfecto. Expresó que es importante hacer responsable a los partidos políticos de lo que les corresponde. Aseveró que en los últimos años han habido elecciones, como las de Coahuila, Puebla y Estado de México, que tienen tintes de fraude electoral. También señaló que estamos viendo a los partidos políticos darle la vuelta a la regulación, hacer pactos ocultos en campañas, y «patrocinios en especie» entre candidatos y empresas.
¿Fraude electoral?
John Ackerman, doctor e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, declaró que, hasta estos comicios, el fraude electoral era la regla, desde el conteo de los votos, los carruseles, ingresar boletas previamente tachadas y usar redes sociales. Añadió que necesitamos verdaderos procesos electorales, auténticos y competitivos, en donde la población pueda ejercer su derecho al voto, y no como en el caso de Coahuila, la alcaldía de Coyoacán y Puebla. donde hubo fraude, robo de urnas y un laboratorio de actas.
Dio a conocer que el presupuesto para la observación electoral se redujo al 40 por ciento, lo cual daña los resultados de las elecciones, pues, por ejemplo, en el sector privado se chantajeó a los empleados indicándoles que si votaban por el populismo perderían sus empleos.
No obstante, mencionó que los mexicanos ganamos y votamos por una verdadera alternancia. También hizo hincapié en que si López Obrador no hubiera ganado con por lo menos un 10 por ciento de diferencia, anulaban la elección.
Concluyó que es necesario reducir los financiamientos para los partidos políticos y empoderar más a los ciudadanos como observadores electorales.