Democracia, lado correcto de la historia

Dilma Rousseff. Fotografía: Ociel Segundo| Gaceta Políticas
Al grito de “Fora Temer” (Fuera Temer) el público que se dio cita en el Teatro de la Ciudad recibió a la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, quien el año pasado sufrió un golpe parlamentario provocando su destitución como mandataria de Brasil.
En la conferencia magistral El futuro de la democracia en América Latina, organizada en el marco de los festejos por los 50 años del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), Rousseff expresó que durante décadas la región sucumbió al gran avance de los gobiernos neoliberales que desregularizaron la economía y apoyaron con gran interés el libre comercio, muestra de ello fue la consolidación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) presentada por Estados Unidos. Dichos avances trataron de minimizar la figura del Estado y dejaron en manos del mercado la solución de la desigualdad.
Sin embargo, una ola de gobiernos populares surgió al sur del continente para hacer contrapeso a estos modelos, a través de políticas de inclusión que mejoraron significativamente la reducción de la desigualdad, como ocurrió en Brasil. Pero, por qué en este país latinoamericano se dio un golpe parlamentario, cuestionó Rousseff.
Los motivos, en primer lugar, tuvieron tintes misóginos. Se descalificó la figura de la presidenta haciendo énfasis en que era una mujer dura, emocional y obsesiva. Posteriormente se cuestionaron las medidas que implementó para combatir la corrupción, la reducción de la pobreza y la política de salud integral; acciones que sacaron de la miseria a 36 millones de habitantes.
Esos procesos fueron criminalizados, pues contemplar a los pobres del país en el presupuesto provocó el descontento de ciertas élites. Por ello, se difundió la idea de que el país se encontraba en crisis, pero “Brasil no estaba ni está quebrado”, reiteró.
No hubo ampliación de gastos, por el contrario, se redujeron, y con esto se puso fin a la miseria y se dio comienzo a un país bien educado. “Se requiere educación pública garantizada por el Estado para entrar en la economía del conocimiento, para tener ciencia, tecnología e innovación, porque el mercado no resuelve esto”, expresó.
Empero, factores como la crisis del 2008 y el lento crecimiento de las naciones fuertes permitió que fluyera el avance de los conservadores y neoliberales en América Latina. Ante esto, la integración colectiva de los países latinoamericanos es fundamental en casos como las elecciones del 2018 para la nación brasileña. “América Latina gana cuando gana la democracia, cuando nuestros países sean capaces de difundir sus convicciones, pues la democracia es el lado correcto de la historia”, resaltó.