De la indignación a la acción

Denise Dresser. Fotografía: Luis Segura| Gaceta Políticas
México no es un país corrupto por naturaleza, la raíz de esto no es cultural sino institucional, “los de abajo son corrompidos porque los de arriba construyeron este sistema”. Ante esta situación, falta una renovación cultural hecha por estudiantes acompañada de la presión pública.
Sin embargo, llamar a la unidad nacional para exigir transparencia en la coyuntura actual es un asunto complejo. El proyecto peñanietista ha concentrado el poder en un grupo, dejando de lado el combate a la impunidad y el desarrollo del país; asimismo, las reformas estructurales que planteó no han despuntado, es decir, no hay un trabajo político y social hecho desde abajo.
Así lo indicó la doctora Denise Dresser, académica del ITAM, al participar en la Primera edición de Diálogos Libre: México, el país donde no pasa nada, movimiento incluyente de los mexicanos que no están de acuerdo con la situación política, económica y social del país.
La doctora en ciencia política enfatizó que los dos años que faltan de este gobierno no tienen ruta, el mandatario es despreciado por la población, reprobado por la prensa internacional, es “un presidente fallido frente a un Estado que flaquea en equidad y ley”.
El ejemplo más claro es Veracruz, el modelo del México corrupto; situación que no les interesa solucionar a los partidos políticos. “El gobierno está acostumbrado a robar y la gente acostumbrada a que lo hagan; además los ladrones mexicanos son protegidos por la justicia”.
Señaló que la corrupción es el principal obstáculo para la competitividad del país, genera un desencanto en las instituciones, pues los políticos no dejan sus privilegios, lo cual se suma a un sistema judicial que camina lento y sirve de herramienta al poder y no al ciudadano.
Ante esta situación es necesario actuar como verdaderos patriotas, es tiempo de movimientos de ciudadanos, porque no todo está perdido y muestra de ello es la acción de los periodistas independientes, de las organizaciones civiles y de derechos humanos y de las universidades, comentó.

Arturo Hernández. Fotografía: Luis Segura| Gaceta Políticas
También participaron Arturo Hernández, actor e integrante del colectivo Los Supercívicos, grupo que a través de ideas creativas da lecciones de civismo a los transeúntes en las calles de la ciudad; un claro ejemplo de cómo se puede transformar la indignación en acción.
Por parte de la Facultad, el secretario general Arturo Chávez comentó que dialogar libremente es una parte fundamental que se ha perdido, afortunadamente la UNAM sigue siendo un espacio donde el diálogo libre, razonado y crítico que busca la verdad, está presente.