Crear conciencia sobre América Latina

Detalle de la Expo Cultural América Latina y el Caribe: Leopoldo Zea. Fotos: Myriam Corte y Emanuel Reséndiz
Como cada año, la » Expo Cultural América Latina y el Caribe: Leopoldo Zea» abrió las puertas de la Facultad a la multiculturalidad y ofreció una muestra de las diversas realidades que integran a la América Latina.
En la actividad, organizada por la profesora Irene Zea y puesta en marcha con alumnos del 5o semestre de Relaciones Internacionales, participaron los embajadores de Bolivia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Haití, Paraguay, Chile y Jamaica. Su objetivo es reflexionar sobre los problemas que enfrenta esta región de nuestra continente, enfatizar los rasgos comunes y compartir las diferencias que hacen de Latinoamérica, todavía, una tierra en búsqueda de la integración, la cooperación y la superación de sus obstáculos; todo ello al tiempo que los estudiantes aprenden sobre los países que la integran y profundizan en el conocimiento de la labor diplomática.
Presentamos el testimonio de la alumna Ollin Chávez, quien cursa el 7o semestre de la carrera y colaboró en la edición pasada de la Expo. Sus palabras expresan el aprendizaje, orgullo y gratitud tras haber coadyuvado a esta labor.
Quiero compartir mi encuentro con la América Latina. Yo, igual que muchos mexicanos, sabía algo de la frontera norte, pero poco o nada de la del sur. Como si fuera una varita mágica, el curso sobre América Latina y el Caribe me abrió un horizonte complejo pero fascinante, en el que encontré mi razón de ser.
Adicionalmente, mi participación en la Expo Leopoldo Zea, el año pasado, me permitió pasar de la teoría a la práctica y adentrarme más en la región, o por lo menos, en un pedacito de ella: me tocó representar a la República de Panamá. La encomienda no fue sencilla. Además de recolectar la información habida y por haber, me sumí en sus colores, olores, tradiciones y gastronomía; sin embargo, el reto mayor fue llegar hasta el despacho del embajador y turnarle una invitación para asistir a mi alma mater. Tuve suerte, después de dos o tres intentos, en la embajada me recibieron con los brazos abiertos, me llenaron de artesanías, mapas, trípticos, videos y recetas de cocina que, al final, me ayudaron a cumplir el cometido: representar a Panamá a mucho orgullo, como si hubiera nacido y crecido allá. Quizás se trataba de una calificación más, pero para mí fue el primer trabajo práctico de la licenciatura.
Panamá me marcó, nunca me hubiera imaginado que aún me reservaba una agradable sorpresa, pues dos meses después se abrió una convocatoria de movilidad para dicho país, misma que llegó a mí gracias a la profesora Zea. Animada por ella y por toda mi familia apliqué y fui una de los siete mexicanos electos para ir a estudiar a la Universidad de esa nación.
Esa fue una de las mejores experiencias de mi vida. La convocatoria también integró a estudiantes de Corea del Sur y España, quienes se convirtieron en parte de mi familia, pues literalmente viví casi seis meses con ellos. Esta hermandad se extendió a mis compañeros panameños, siempre atentos, cuidándonos y conduciéndonos por todo el país como los mejores guías de turistas .
Estar alejada de mi familia y mis amigos, de mi zona de confort, provocó que me arriesgara para bien, a conocer mis fortalezas y debilidades. También pude llevar todo el conocimiento recabado durante la Expo a la práctica y compartí lo poco que sabía con mis compañeros panameños. Además, fue un paso para mi crecimiento académico, pues muchos de los profesores de la Universidad trabajaban para la Cancillería y otros tantos habían trabajado o estudiado en México.
Esta experiencia también reforzó mi identidad como mexicana. Cuando me preguntaban: ¿de dónde eres?, y yo contestaba: de México, en automático preguntaban por las fiestas y costumbres, querían saber más y más, tanto, que en muchas ocasiones tuve que investigar porque me quedaba sin información. Igualmente, noté que no somos tan diferentes los latinoamericanos, con ligeras variaciones formamos parte de la Patria Grande de la que hablaba el libertador Simón Bolívar.
La clase de América Latina, la Expo y mi estancia en Panamá, me permitieron crear conciencia de la región, reforzar mi identidad nacional y tener vivencias únicas. Ojalá mis compañeros que participaron en la XIX Expo de América Latina y el Caribe: Leopoldo Zea, tengan la misma suerte que yo.