VIDA Y MENTE SANA

Foto: Portal La opinión
Conocer y aprender en los nuevos tiempos
Alejandra González Bazúa
Doctora en Estudios Latinoamericanos, UNAM
Un año antes de que se diera a conocer la existencia de un nuevo virus que transformaría al mundo, el escritor italiano Alessandro Baricco publicó un ensayo titulado The game (Anagrama, 2019)1. En este texto, el autor propone algunas líneas de reflexión sobre la mutación social relacionada con el uso de las nuevas tecnologías. Más que preguntarse cómo éstas modelan a la sociedad, Baricco invierte el asunto y se cuestiona qué tipo de humanidad es aquella que ha necesitado construir herramientas digitales para conocer, informar, vender, comunicarse, sentir, aprender, etcétera.
A partir de la compleja y dolorosa experiencia colectiva vivida por la pandemia por COVID-19, nuestra Universidad está en un punto de inflexión. La divulgación de la cultura, la docencia e investigación no volverán a realizarse, practicarse y significarse de la misma manera después de este momento de crisis. Muchos son aspectos que, como comunidad universitaria, cuestionaremos en los siguientes años, uno de ellos es el uso y sentido de la tecnología en todos los procesos formativos que se llevan a cabo en nuestra casa de estudios.
En este breve texto lo que propongo son dos líneas de reflexión respecto al uso de las nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza-aprendizaje en la Universidad. La primera de ellas apuntaría a la necesidad de conocer qué es aquello de la formación en entornos híbridos, mixtos o combinados. Esto es importante porque dichos modelos son los que se presentan como alternativa en esta coyuntura, en la cual tendremos que continuar con nuestra labor formativa, al tiempo que salvaguardamos la salud de toda la comunidad. La segunda propone no banalizar o burocratizar este momento de inflexión, hacer de este tiempo uno en el que nos preguntemos colectivamente cómo se construyen comunidades de aprendizaje incluyentes y éticas, a partir de modelos que conjugan la presencialidad y la virtualidad en sus procesos de conocimiento.
Conocer para crear
Como un modelo emergente, muchas universidades a lo largo y ancho del orbe, están implementando modelos educativos que conjugan recursos de los formatos presenciales y a distancia. A esa conjunción de estrategias formativas se le llama “modelos híbridos”, aunque también les llaman “modelos mixtos” o “modelos combinados”. La definición precisa es importante y hay distinciones conceptuales a considerar si es nuestro interés profundizar en el entendimiento de la relación entre estos modelos y los procesos de formación. Por ejemplo, la profesora Karina Cabo propone llamarlos “educación ondulante”, haciendo una analogía del uso de recursos tanto presenciales como a distancia y de encuentros sincrónicos y asincrónicos, semejando las ideas y vueltas en las olas de la mar.
De manera general y con el riesgo de dejar fuera algunas particularidades, en los espacios de aprendizaje presenciales, los procesos de formación se efectúan de manera sincrónica, es decir, las personas involucradas participan de manera simultánea en el acto pedagógico. Por otro lado, los espacios de aprendizaje a distancia pueden servir para diseñar actividades formativas tanto sincrónicas (por ejemplo, clases vía Zoom), como asincrónicas, es decir aquellas que se realizan en tiempos diversos.
En el diseño e implementación de estos modelos, lo importante será poner en el centro los objetivos formativos que nos hemos propuesto alcanzar; la herramienta o plataforma que utilicemos para cumplir nuestra labor como comunidad educativa tendrá que ser la idónea para alcanzar dichos fines. Tendremos que alimentar la voluntad para conocer y aprender de nuevas formas para estudiar, desarrollando habilidades personales y colectivas que no hemos practicado. Sin duda es una oportunidad para producir y construir conocimiento pertinente para el tiempo futuro y también para preguntarnos cómo se transforma el propio acto de conocer a través del uso de las nuevas tecnologías.
Uso de tecnologías para construir comunidades de aprendizaje
A la desigualdad en el acceso, conocimiento y uso de las tecnologías digitales se le llama “brecha digital”, y del mismo modo que otras categorías se define de múltiples maneras, ponderando distintos aspectos en los que se expresa dicha desigualdad. De cara al presente y al futuro, uno de los objetivos fundamentales del quehacer universitario será construir comunidades de aprendizaje incluyentes, éticas, en las que la diversidad no se traduzca en desigualdad de ningún tipo.
Una de las mejores maneras de lograr aprendizajes significativos en entornos híbridos o mixtos es construyendo colectividades de aprendizaje dialógicas; aquellas que procuran la inclusión de todas, todos, todes, en los procesos formativos, así como el diálogo en la diferencia; donde el ejercicio docente es tan importante como el trabajo estudiantil; que hacen esfuerzos comunes para eliminar (o por lo menos disminuir) las brechas digitales; que buscan aprender pero también enseñar tanto en formatos presenciales como virtuales, en los momentos sincrónicos como asincrónicos; que generan la escucha y la solidaridad entre pares. Para lograrlo, tendremos que hacer un uso responsable de las tecnologías, pero también reflexivo, en el que nos preguntemos qué queremos aprender, cómo lo aprendemos mejor, cómo conocemos y comunicamos dicho conocimiento en entornos virtuales y cómo en entornos presenciales, cómo esas diferencias no sólo se expresan en términos de soporte, sino en las formas mismas del acto de conocer. Este uso reflexivo de las tecnologías y la voluntad para construir comunidades de aprendizaje nos dará algunas pistas para practicar una vida universitaria responsable, creativa y propositiva frente a nuestra contemporaneidad.
Referencias:
Baricco, Alessandro (2019), The game, España, Editorial Anagrama.