Sistema Nacional Anticorrupción: conformación, retos y resistencias

Expertos discuten si el combate a la corrupción es realidad o simulación. Fotografía tomada de Internet
Hablar de corrupción es hablar de la violación de reglas, de la apropiación de un servicio público, es decir, alterar procesos del orden gubernamental para obtener un beneficio particular, lo cual ha sido una constante en las diversas administraciones; por ello, desde el sexenio de Miguel de la Madrid hasta el actual ha habido un continuo combate a la corrupción, un trabajo institucional que se ve reflejado en hoy en la conformación del Sistema Nacional Anticorrupción, que tiene como objetivo prevenirla, detectarla y combatirla.
Sin embargo, preguntarse qué retos enfrenta esta iniciativa gubernamental y ciudadana es oportuno, señalaron Irvin Cuevas, Juan José Sarabia, Issa Luna, Benjamín Reyes y Ricardo Uvalle, los participantes de la mesa Sistema Nacional Anticorrupción: conformación, retos y resistencias. Entre los desafíos, expresaron, está la coordinación de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial para el buen funcionamiento del sistema, para que no genere gastos excesivos y que su personal trabaje con ética y profesionalismo. Además, destacaron que la dirección no debe quedar nuevamente en manos sólo de funcionarios, sino debe contar con participación ciudadana.
La doctora Luna, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, comentó que lo complicado para el sistema son las reglas de operación. Hasta la fecha, por ejemplo, aún no se nombra al fiscal encargado de investigar los casos de corrupción que llegan a través de denuncias ciudadanas o de funcionarios a la Procuraduría General de la República, lo que antes se conocía como Dirección Especial para Casos de Corrupción. Frente a este contexto, los hechos de corrupción —caso Duarte— son juzgados con las leyes de la anterior dirección y no con las que ahora estipula la fiscalía, comentó.
Los profesores Reyes y Uvalle reiteraron que la corrupción es “un problema de conductas”, un fenómeno que se manifiesta de manera silenciosa, utiliza redes y agrava la vida comunitaria, por lo cual hace falta implementar programas en las escuelas y universidades para prevenirla, así como acciones por parte del sistema gubernamental, a fin de recuperar la confianza de los ciudadanos y que este combate no se vuelva una simulación.