Carlos Bardem en la FCPyS: debemos ser moralmente superiores al fascismo
*De la obsesión literaria por el mal, a la reflexión sociológica de la sicopatía
*Estudiantes conversan con el autor de El Asesino Inconformista y Mongo Blanco
Por Alfonso Morales Escobar

Alfonso Morales, jefe del Departamento de Proyectos Culturales de la FCPyS, y el escritor Carlos Bardem. Foto: Rodrigo Anaya.
Miembro de una familia artística española de renombre, en especial en teatro y cine, Carlos Bardem, autor de las novelas Mongo Blanco y El Asesino Inconformista, sostuvo el 10 de noviembre una charla con alumnos de la Facultad, en el marco del Tendido de libros “El Fondo en Polakas”, en el que participó el Fondo de Cultura Económica (FCE), el cual se instaló desde un día antes en el vestíbulo del Auditorio Ricardo Flores Magón.
Disruptivo, como el propio Bardem reconoce ser, transformó lo que sería una típica presentación de obras en una experiencia universitaria que le produjo recuerdos de sus años como estudiante, en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), al compartir con las y los jóvenes de nuestro plantel sus aprendizajes como escritor y actor.
Por momentos, la conversación tuvo matices de cátedra científica social —cuando equiparó el concepto de superhéroe con el fascismo—, sin perder la frescura emotiva de un anecdotario compartido entre amigos y que ahonda en las vivencias; esas que trasmutan de la historia íntima, propia y verdadera a la textura que hila historia, ficción y literatura, desde lo inconsciente desconocido hasta el relato artístico materializado en papel y tinta.
Carlos es actor, historiador, internacionalista, guionista, y desde luego un excelente escritor y conversador. Su prosa se extiende por temas que van de la historia novelada de un pirata negrero del siglo XXI a la retrospección existencial de un sicario de élite de nuestros tiempos. También incursiona en la oportunidad moral que ofrece la fábula: nos anunció un libro cuyo tema es una rinoceronte que relata con su voz una historia sobre ese doble ser que es el humano: genial y demoníaco al mismo tiempo.
Fortunato y su misión de matar canallas

Durante la firma de libros en el auditorio Ricardo Flores Magón. Foto: Gisela Jiménez.
En El Asesino Inconformista, novela premiada con el galardón Dashiell Hammett el año pasado, durante la Semana Negra de Gijón, España, y que da pie a la visita de Carlos Bardem a la FCPyS, nuestro autor incursiona en este género haciendo gala de su destreza narrativa y teje con gran arte literario la macabra agenda de un asesino a sueldo; un sicario, quien no se conforma sólo con hacer bien su trabajo, sino que, a partir de reflexiones existenciales, cuestiona a la sociedad en la que vive y mata, así como también su propia presencia en ese contexto y el rol que juega, no únicamente respecto del infamante acto de matar sino, muy en especial, de la construcción de una estética del crimen: ¿cómo matar al otro sin que parezca un asesinato?
Fortunato es una especie de asesino serial porque observa siempre un mismo patrón en el perfil de sus víctimas: políticos corruptos. Es muy profesional, incluso se pone creativo a la hora de cumplir con su encomienda; le gusta lo que hace y, además, le pagan muy bien por ello. Es un personaje bien construido porque, aunque tiene principios y certezas, también da ocasión para la duda, el malestar que le produce esa sociedad sicopática en la que vive y que es la fuente de sus cavilaciones y su proceder.
El Asesino Inconformista no es una apología del crimen, dijo Carlos Bardem al grupo de estudiantes que lo rodeaban en el vestíbulo del ARFM; es un acercamiento honesto a un fenómeno que ha acompañado a la humanidad desde su primer día. El personaje principal es un antihéroe que sufre al convivir con lo que se podría llamar una sociedad sicopática.
Al matón Fortunato sólo lo puede redimir el amor de Claudita, la hermosa actriz que lo acompaña en el tránsito de la vida —o sería mejor decir, de la muerte?— cotidiana, de viajes a través del tiempo y del espacio tratando de llenar, en todo momento, ese vacío existencial, ese malestar en la cultura en el que juntos descubren la podredumbre de una organización social que tiene como cimiento central el asesinato. Esta obra es una novela negra o policíaca en la que no hay, sin embargo, ni detectives ni policías y que por momentos tiene aspiraciones de ensayo sociológico, pletórico de reflexiones filosóficas, políticas… psicoanalíticas incluso
La ficción histórica mejora cuando hay ciencia detrás

El historiador y también actor responde a preguntas de las y los estudiantes. Foto: Rodrigo Herrera.
La otra obra sobre la que Carlos Bardem conversó con las y los estudiantes de Ciencias Políticas y Sociales es Mongo Blanco, novela histórica que le mereció el Premio Espartaco 2020; es el resultado de una investigación científica acerca de Pedro Blanco Fernández de Trava, un tratante de esclavos africanos o negrero, que amasó una gran fortuna a costa de ese comercio infamante.
La novela surge a partir de huecos de información en las biografías que hay sobre este esclavista malagueño, lo que Carlos Bardem aprovecha para crear su relato: como no se conoce con certeza ni el año ni el lugar de la muerte de Pedro Blanco —algunos biógrafos sostienen que terminó sus días completamente loco en Barcelona, en 1854—, el autor imagina a su personaje recluido en un manicomio, donde cuenta su vida al psiquiatra Alberto Castells y con eso recrea toda la aventura, terrible pero cierta.
Bardem es un apellido de origen catalán que, en el caso de Carlos, constituye no sólo el nombre del padre sino la marca de una familia de artistas: sus abuelos, los actores Rafael Bardem y Matilde Muñoz Sampedro; su señora madre, la famosa actriz Pilar Bardem; su tío, Juan Antonio Bardem, y su primo, Miguel Bardem, ambos cineastas y, claro, sus hermanos: Mónica y Javier.
En su faceta como escritor, Carlos Bardem ha recibido otros galardones, como el Premio Destino-Guion 2002, por Buziana o El Peso del Alma; la Mención Especial del Jurado del Premio Nadal 1999, por su primera novela, Muertes Ejemplares. Otras novelas son Alacrán enamorado (2009, llevada al cine en 2013), La Bardem: mis memorias (2005) y Durango perdido: Diario de Rodaje de la película Perdita Durango (1997). Como actor, ha ganado la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos, el premio de mejor actor revelación y secundario de cine de la Unión de Actores y Actrices y el de mejor actor secundario de la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Nueva York.
Ha participado en películas como Centauro, Assassain’s Creed, Alacrán Enamorado, de la que es autor literario; Celda 211, con la que fue nominado al premio Goya por su papel de Apache; La Xona, Alatriste, Che: Guerrilla y la ya citada Perdita Durango. También ha actuado en series de diversas plataformas como: Club de Cuervos, El Señor de los Cielos, Inés del Alma mía y, más recientemente, en El Elegido, basada en la novela gráfica American Jesus, de Mark Millar y Peter Gross.