Balances sobre la elección 2024

Andrea Samaniego Sánchez
Doctora en Ciencias Políticas y Sociales, FCPyS-UNAM

Han pasado unos días de las elecciones concurrentes (federales, estatales y locales) del proceso 2024 y es momento de hacer una serie de reflexiones en torno a los resultados que arrojaron las mismas.

De acuerdo con el INE, el padrón electoral era para este proceso de 100,033,050 millones de ciudadanos, de los cuales, 99,084,188 millones se encontraban en la lista nominal de electores, es decir para la fecha de los comicios ya contaban con la credencial para votar y podían ir a sufragar.

El día de la elección el 61% del electorado acudió a las urnas y emitió su voto de acuerdo con sus preferencias. Esto, en primera instancia podría parecer una cifra alta, pero no resulta mayor al porcentaje de votación efectuado en 1994 (74%), 2018 (63.42%), 2000 (63%) y 2012 (62%), respectivamente, y sólo queda por encima de la participación de la jornada del 2006, que tuvo 58% de participación. En términos de votación absoluta sí fue más elevada, pero esto se debe a que el padrón electoral ha crecido en los últimos años, producto también del aumento constante de la población.

A partir de los resultados arrojados por la elección del 2 de junio, se puede expresar que la ciudadanía eligió a Claudia Sheinbaum Pardo para ser la primera mujer presidenta de México y que, la composición de las cámaras en el Legislativo será favorable al partido y coalición gobernante que ella encabeza. La nueva configuración de los partidos políticos en México confirma la consolidación de MORENA como partido predominante; pero, además, como segunda fuerza política al PVEM y tercera al PT, el primero creado en el sexenio de Miguel de la Madrid y el segundo en el de Carlos Salinas de Gortari, que han sabido trabajar y articular una nueva agenda de gobierno a partir de los reclamos y necesidades ciudadanas, lo que se ha traducido en altos porcentajes de aceptación.

También, a partir de los datos arrojados por los comicios tenemos que la primera fracción opositora es el PAN, seguida del PRI, ambas, las agrupaciones políticas de más tradición en nuestro sistema de partidos, lo cual muestra un franco retroceso de estas estructuras nacionales, que no han comprendido las nuevas demandas de la ciudadanía, y no han desarrollado un proyecto alternativo de Nación al que presentan los partidos gobernantes. Y, aunque MC tuvo una campaña muy exitosa en redes socio digitales, sus resultados no fueron los esperados, pues perdió lugares de arraigo para dicho partido, tal como Monterrey, y tuvo números muy cerrados en otra de sus regiones con influencia, es el caso de Jalisco y a nivel local, Zapopan.

Por último, mencionar que la situación del PRD es todavía incierta, de ser uno de los tres partidos más importantes en el sistema político nacional hoy está en entredicho su registro, al no obtener el 3% de sufragios en ninguna de las votaciones federales (Presidencia de la República, Cámara de Senadores y Cámara de Diputados, respectivamente), lo que, sin duda, es una pérdida para la izquierda histórica y un momento de replantearse el rumbo y cercanía a un electorado cada vez más escéptico, y que juzgó de forma negativa las decisiones tomadas por su cúpula.

Quedará todavía por observar lo que estas nuevas mayorías llevan a cabo, pues plantean ahora una robusta agenda de gobierno que requerirá del diálogo con otras fuerzas políticas, los números ahora no les alcanzan para hacer modificaciones a la Constitución, y también por esperar las propuestas que deberán desarrollar el resto de los partidos, de cara a un acercamiento a la ciudadanía.