A sus 77 años, ella es una verdadera fuente de inspiración

Por Elizabeth Flores

Enriqueta Pineda. Foto: Paulina Martínez.

A sus 77 años, Enriqueta Pineda es una figura inspiradora en los pasillos de nuestra Facultad. Actualmente está culminando su sexto semestre en la carrera de Ciencia Política, y ostenta un promedio envidiable de 9. Su historia es un testimonio de resiliencia y búsqueda constante de conocimiento.

Hace unos años, Enriqueta atravesaba un periodo de depresión. Fue entonces cuando su hijo, en un gesto de amor y preocupación, le regaló un teléfono inteligente. Este sencillo dispositivo se convirtió en una ventana a un mundo nuevo. A través de las redes sociales, Enriqueta descubrió a numerosos influencers que discutían sobre política y la situación del país, muchos de ellos sin la formación adecuada. Esto la llevó a una reflexión profunda. «No me gusta cómo funciona nuestro país», comentó con firmeza durante nuestra entrevista.

Decidida a comprender y, en lo posible, cambiar la situación política de México, Enriqueta se inscribió en la carrera de Ciencia Política en la UNAM. Quedó sorprendida al haber obtenido 90 aciertos de 120 en el examen de admisión, demostrando que su capacidad y deseo de aprender estaban tan vivos como siempre. Para ella, toda jornada en el plantel es una nueva oportunidad de aprendizaje. «Cada día que piso la Facultad abro una ventana al conocimiento y me gusta irradiar lo que aprendo», dijo, con una sonrisa que refleja su pasión.

Uno de los mayores desafíos que Enriqueta ha enfrentado en su regreso a las aulas ha sido el manejo de la computadora. «Todo lo que abro es nuevo», mencionó. Sin embargo, gracias al apoyo de sus compañeras y compañeros y la ayuda incondicional de su sobrino, ha logrado aprender a utilizar herramientas académicas esenciales para sus estudios.

Está por concluir el sexto semestre de la carrera de Ciencia Política. Foto: Paulina Martínez.

Antes de embarcarse en esta aventura académica, Enriqueta ya era maestra, de corte y confección. Su habilidad con la aguja y el hilo le enseñó la paciencia, la precisión y la importancia de los detalles, cualidades que ahora aplica en sus estudios políticos. Esta transición de enseñar costura a estudiar política es un testimonio de su versatilidad y su curiosidad por el mundo que la rodea.

Enriqueta no es sólo una apasionada por la política y la enseñanza, sino también una viajera experimentada. Ha visitado alrededor de 25 países y ha conocido universidades en Rusia, Francia, China y España. A pesar de estas experiencias, recalcó con orgullo: «Nuestra universidad es de las más bonitas no sólo de Latinoamérica, sino del mundo». Su aprecio por la UNAM refleja su profundo compromiso y amor por su alma mater.

«Soy una mujer afortunada. Si luchamos por algo, le damos mayor valor», apuntó la alumna, retomando su filosofía de vida. Su historia es un testimonio de resiliencia, pasión y la búsqueda del conocimiento. No sólo estudia Ciencia Política; encarna el espíritu de cambio y mejora continua que nuestro país necesita.

Hacia el futuro, sueña con irse de intercambio a Italia. La historia y la cultura de ese país la atraen profundamente y está convencida de que sería una experiencia enriquecedora; pero su visión va más allá de sus propias metas personales; está preocupada por los problemas de México. 

Con promedio de 9, cree firmemente en el poder del conocimiento. Foto: Paulina Martínez

Desde su punto de vista, el principal problema del país es la corrupción e impunidad. «Debemos crear conciencia social y política», afirmó con convicción. Está convencida de que la educación y el conocimiento son herramientas fundamentales para combatir estos males y construir un futuro mejor.

Enriqueta es un ejemplo de que nunca es tarde para aprender y que la educación puede ser una poderosa fuerza de cambio. Su caso nos invita a reflexionar sobre el poder del conocimiento y la importancia de la participación activa en la vida política y social. En un mundo donde las voces sin fundamento a menudo resuenan más fuerte, ella nos recuerda el valor de la preparación y la dedicación. Su historia es una fuente de inspiración para todos aquellos que creen en el poder de la educación para cambiar el mundo.