Ajedrez: juego, arte y política
Por Omar García

Reglas del ajedrez. Foto: El Español
La naturaleza y el arte del ajedrez, el llamado «juego de estrategia», en el cual los adversarios protagonizan el enfrentamiento de «un microcosmos del macrocosmos», fueron dibujados a detalle y con gran sensibilidad por el doctor Fernando Ayala Blanco, coordinador del Centro de Estudios Políticos de la Facultad, en el Encuentro, Ajedrez, arte, política y deportes.
El también profesor de tiempo completo de nuestro plantel compartió la historia de Marcel Duchamp, quien se consideraba mejor ajedrecista que artista, pero cuyas obras terminaron influenciando gran parte del arte del siglo XX.
Con este contexto, el expositor señaló que el tablero de ajedrez representa la tierra, lo que simboliza el libre albedrío humano. Subrayó la importancia de aprender de los errores y de vencerse a uno mismo en cada partida, lo cual alude al eterno retorno y refleja signos de la «geopolítica» en el rol de amigo y enemigo; incluso, dijo, muestra la existencia de «clases sociales» en el juego.

Fernando Ayala, Mónica Corona y Ameyalli Valentín. Foto: Manuel Ávila
Durante la conferencia, se mencionó que figuras históricas como Napoleón y el Che Guevara eran aficionados al ajedrez. Se resaltó que este juego trae consigo mucho aprendizaje, a través de la experiencia de perder en varias ocasiones. Además, se expuso que el ajedrez promueve la conciencia personal y forma parte de la historia humana al relacionarse con la «estética» y ser un espejo de la vida misma.
La politóloga Ameyalli Valentín Sosa, docente de la FCPyS, quien moderó la mesa, expresó que el ajedrez es una representación ontológica, ya que las piezas negras y blancas se asemejan a la lucha de ideales opuestos que existen en nuestra realidad. Por su parte, la maestra Mónica Corona Quiñones, maestra en Creatividad para el Diseño, por el INBAL, habló sobre la relación entre el arte y la política en este juego milenario. Al respecto, mencionó que el ajedrez sigue principios de simpleza y al mismo tiempo provee de una capacidad «mágica» de experiencia, pues permite aumentar el potencial intelectual de cada individuo.

Fernando Ayala y Mónica Corona. Foto: Manuel Ávila
Finalmente, los ponentes destacaron la influencia del surrealismo en el ajedrez, y recordaron a Salvador Dalí como ejemplo de este vínculo entre arte y juego.
En la charla se ofreció una visión profunda y multifacética del ajedrez, destacando su papel no sólo como un juego, sino también como una herramienta para el crecimiento personal y la comprensión de la sociedad.