Adolfo Gilly, hombre brillante y de gran sensibilidad histórica
Por Melisa Correa Tovar y Tania Lucero Jiménez Cárdenas

Adolfo Gilly. Foto: JACOBIN
El 5 de septiembre, a dos meses del lamentable fallecimiento del doctor Adolfo Gilly, ilustre académico de la Facultad, se realizó el segundo homenaje dedicado a su vida y obra. El autor de La Revolución interrumpida fue también Profesor Emérito de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, lugar donde fue honrado por sus colegas y compañeros de lucha, Luis Hernández, Imanol Ordorika, David Morales y Massimo Modonesi.
Luis Hernández, periodista y editor, aperturó el homenaje rememorando las anécdotas que vivió junto a Gilly y delineando un recuento cronológico de los acontecimientos más significativos en su trayectoria política. Del semblante afligido del ponente brotaron palabras de admiración y amor por el cronista de la memoria y la insolencia, como lo llamó. Hernández enalteció el trabajo político que el docente realizó, reivindicó su labor por la izquierda y se refirió a su encarcelamiento en Lecumberri como un parteaguas en su vida. «Necio como siempre fue, el cronista de la memoria y la insolencia de quienes nunca bajaron la cabeza, habrá llegado a buen destino”, externó el interlocutor.

David Morales, Luis Hernández, Imanol Ordorika y Massimo Modonesi. Foto: Manuel Ávila
Después llegó el turno del doctor en Ciencias Sociales, Imanol Ordorika, quien enfatizó el recuerdo de su amigo. Luego de externar su desacuerdo de que un catedrático a quien la Universidad le dio un nombramiento de Profesor Emérito tenga un reconocimiento sencillo, pidió pugnar por enaltecer el recuerdo de Adolfo Gilly con un homenaje lleno de ideas, no de prosopopeyas. Posteriormente compartió reflexiones sobre la intelectualidad de Gilly, sus proyectos educativos y aportaciones al análisis teórico de la Revolución Mexicana. Finalizó su intervención con un emotivo mensaje que leyó, luchando contra las lágrimas que asomaban en sus ojos como en los de otros asistentes.
Massimo Modonesi, politólogo e historiador del Centro de Estudios Sociológicos, realizó una breve intervención para cerrar el encuentro y recordó el humor y cualidades de su colega: enorme intelectual, fue un hacedor de cultura y un hombre brillante, con gran sensibilidad histórica y sujeto multifacético, dijo.
En la segunda mesa del homenaje al historiador, escritor, politólogo y docente, cuyo nombre completo fue Adolfo Atilio Malvagni Gilly, tras su muerte, el pasado 4 de julio, se le definió como un cuidadoso estudioso del marxismo, y portador de una voz enfocada en la interpretación de la historia mexicana, vista desde la perspectiva de los vencidos.

Doctora Elvira Conchero
La doctora Elvira Concheiro, socióloga y académica, habló del cariño que Gilly le tenía a la FCPyS. “Recuerdo gratamente que la juventud comunista leyó a Adolfo con entusiasmo. Presencié aquellos debates en la Facultad, que tiempo después nos marcarían positivamente, pues fueron de una enorme riqueza y nos posicionaron como parte de un momento de desarrollo de los movimientos sociales”, mencionó.
De acuerdo con Concheiro, actual Tesorera de la Federación, sin el esfuerzo realizado en aquellos años, la izquierda difícilmente estaría donde se encuentra hoy, cuando el debate permite una apertura hacia un horizonte más amplio, donde se puede observar la historia de los mexicanos y su conformación. “Fue un punto de partida para romper con los paradigmas anteriores de nuestro país en muchos sentidos, y Adolfo fue una pieza clave”, explicó.
Para la funcionaria, el primer libro de Gilly, La Revolución Interrumpida, es un punto de referencia. Actualmente, abundó, se sigue valorando la interpretación de la historia vista no sólo como una serie de acontecimientos donde aparecen determinadas figuras, sino como un entendimiento de los seres humanos insertos en una configuración de relaciones.
Por su parte, la doctora Rhina Roux, politóloga y profesora de nuestra institución, también describió los trabajos de Gilly como una mirada distinta a la historia de los vencedores, puesta ésta era una visión confeccionada a modo, de un discurso de poder. El homenaje finalizó cuando los ponentes expresaron la frase: “Dejarse penetrar por los de abajo”.
De esta manera, gracias a conferencias de este tipo y las evocaciones de singulares colegas, la memoria de los aportes de Adolfo Gilly sigue viva, luchando desde la eternidad.