Pos-pandemia, crisis del saber, del ser, del poder
Con información de América Patricia Alonso García

VIII Coloquio Internacional del Centro de Estudios Latinoamericanos. Fotografía: Montserrat Camacho| Gaceta Políticas
Los retos de la nueva normalidad son muchos y no sólo tienen que ver con el desafío salubre, explicó el doctor Luis Bonilla Molina, de la Universidad de Caracas, Venezuela, al participar en la clausura del VIII Coloquio Internacional del Centro de Estudios Latinoamericanos, que cerró con el tema: «Escenarios de la nueva normalidad (o pos-pandemia) en América Latina y el Caribe».
La pandemia ha expuesto la desigualdad en el acceso a la tecnología, lo cual estratifica a la sociedad, al sector universitario y/o clase trabajadora, pues imposibilita continuar estudiando o trabajando desde casa por no tener acceso a una computadora o a una red de internet, precisó el investigador.
Desde su punto de vista, en esta realidad de nueva normalidad, de pandemia y cuarta revolución industrial, más de la mitad de la humanidad ha quedado excluida. La reestructuración del capitalismo ha sido posible gracias a la pandemia, no obstante, el acceso a la tecnología y la revolución tecnológica ha causado auto exclusión y desigualdad en educación, enfatizó el ponente.
Por su parte, la doctora Karina Batthyány, de Uruguay, aclaró que durante esta post pandemia en Latinoamérica, la brecha de género también es notoria, así como la desigualdad en las tareas de cuidado en casa, por lo que políticas de género son esenciales en la región.
En el mismo tenor, el doctor Jaime Ríos, de la Universidad de San Marcos, de Lima, Perú, aseguró que las actuales crisis no sólo son financieras, sino también del saber, del ser, del poder. Estamos, subrayó el catedrático, en una crisis del patrón del poder de colonialidad; una crisis civilizatoria, de brechas tecnológicas, capitalismo cognitivo y financiero.
Agregó asimismo que el discurso de la democracia está siendo privatizado. Detalló que la transición de ir hacia un nuevo concepto de vida conlleva una nueva política, pues la crisis de la modernidad es profunda en muchas dimensiones y requiere un nuevo concepto de democracia.