Gobierno y Universidad deben trabajar en conjunto

Congreso, «Análisis de las políticas públicas del gobierno federal, 2018-2024». Foto: Myriam Corte
Con un auditorio lleno, la doctora Angélica Cuéllar, directora de la Facultad, inauguró el Congreso, Análisis de las políticas públicas del gobierno federal, 2018-2024.
La profesora mencionó los retos a los que se enfrenta la sociedad actual e indicó la importancia de la Universidad en la toma de decisiones para afrontarlos. En este marco, y en el entendido de que «para diseñar políticas públicas se necesitan diagnósticos serios”, señaló cuatro ideas medulares en las que se inscriben las mesas del congreso:
- El tiempo apremia. El país atraviesa una coyuntura complicada; la desigualdad y violencia son fuertes problemas y la sociedad exige a los gobernantes resultados rápidos; por ello, no podemos escatimar esfuerzos, el gobierno y la Universidad tienen una responsabilidad muy grande, deben trabajar en conjunto.
- Responsabilidad en la construcción del conocimiento y ejercicio político. Nuestras acciones de hoy repercuten en generaciones venideras; debemos asegurar el acceso al conocimiento y fortalecer la Universidad.
- Compromiso social de la Universidad. ¿Cómo definirlo, y de qué manera encontrar formas eficaces de poner el conocimiento al servicio de la sociedad?
- Importancia de las Ciencias Sociales. Éstas deben responder a la coyuntura del país con vitalidad, creatividad, compromiso y profesionalismo.
Democracia, pesos y contrapesos
José Woldenberg, doctor en Ciencias Políticas y docente del plantel, inició la primera mesa y señaló que el ideal democrático porta dos aspiraciones; en primer lugar, que los gobernantes y legisladores sean electos por la sociedad; en segundo, que el poder esté regulado, dividido, vigilado, y existan conductos judiciales para dirimir las diferencias. Subrayó que en México la primera aspiración funciona bien, sin embargo, la segunda preocupa, y esto tiene que ver con el lenguaje generado desde el ejecutivo, pues cualquier punto de vista diferente es visto como si no tuviera la suficiente legitimidad.
Expresó que las sociedades modernas se caracterizan porque hay muchas maneras de pensar que están obligadas a coexistir.
Hizo hincapié en algunas acciones efectuadas por el ejecutivo, como el trato a los órganos estatales autónomos, a los que se les disminuyó el presupuesto, lo cual orilló a la supresión de programas importantes, hecho que puede tener una repercusión negativa.

Khemvirg Puente, Jacqueline Peschard, José Woldenberg y Zoé Robledo. Fotografía: Myriam Corte| Gaceta Políticas
Por su parte, Zoé Robledo, maestro en derecho por la UNAM, hasta hoy subsecretario de Gobernación, indicó que a 171 días del nuevo gobierno, éste ha sabido adaptarse con nuevas dinámicas, pero que, en realidad, lo que va avanzando con paso firme es el cambio de régimen.
Aseguró que en la Secretaría de Gobernación se está viviendo un rediseño institucional profundo, planteado desde 2017, incluso antes de que la presente administración ganara las elecciones. Explicó que las tareas de seguridad estarían separadas de la gobernabilidad e hizo hincapié en que este rediseño tiene cuatro ejes: el primero es el de la gobernanza democrática; el segundo, el diálogo republicano entre poderes; el tercero, un fuerte peso en la procuración de derechos humanos, y el cuarto, la política de migración.
El ponente subrayó que la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal tiene el cometido de distribuir las competencias de las distintas dependencias. Aclaró que es la primera vez que el legislativo tiene participación directa en la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo, y que la aprobación de la guardia nacional se logró satisfactoriamente, .
Expresó que el debilitamiento de la oposición viene de tiempo atrás y que no existe una lógica de disciplina partidista. Para cerrar su participación enfatizó que la meta de crecimiento propuesta por el ejecutivo tiene que ver con la capacidad de inversión en este sexenio.
Cambio de régimen
En su turno, Jacqueline Peschard, doctora en Ciencias Sociales y catedrática de la institución, aseveró que en este momento no estamos viendo sólo un cambio de gobierno, sino un cambio de régimen que quiere consolidar una nueva vida democrática que pase por pesos y contrapesos.
Declaró que el discurso del ejecutivo ha causado una asimetría respecto a los logros en la Secretaría de Gobernación, y el que haya una fuerza que gane todo se debe reconocer, pero hay elementos para que fluya la consideración de escuchar a otros.
Subrayó que para hablar de pesos y contrapesos necesitamos tener una oposición que articule ciertas alternativas, para que el magnetismo del presidente López Obrador no jale a las oposiciones que hoy son muy débiles. «Los dos grandes partidos de oposición son muy débiles», dijo, e insistió en que se ve difícil tener una oposición fuerte a corto plazo.
Puntualizó que los procesos de nombramiento no deben estar concentrados en un solo poder, sino en cuando menos dos. También opinó que la Ley Orgánica de la Fiscalía General dejó mucho qué desear en el proceso de selección del Fiscal General, así como la elección de los dos ministros de la Suprema Corte.
La doctora mencionó los contrapesos fuera del ámbito político, como los medios de comunicación, y consideró que en México tenemos una larga tradición de relación perversa entre éstos y el poder, por lo que requerimos una voz crítica. Puntualizó que la pluralidad en la comunicación es fundamental en la democracia, y que en el asunto de las consultas ciudadanas se ha avanzado poco.
Revisar el ejercicio del poder
El doctor Khemvirg Puente, coordinador del Centro de Estudios Políticos, apuntó que hoy preocupa a muchos el ejercicio de poder, pues se piensa que ambas cámaras están supeditadas al presidente, sin embargo, no es así. Informó que hoy el partido de López Obrador ha presentado en la Cámara de Diputados 389 iniciativas, y sólo se han aprobado 16, mientras que en la de Senadores ha presentado 253 y únicamente se han aprobado ocho, lo cual muestra que no hay un desbalance complejo.
Luego de asegurar que la oposición renunció a ser precisamente oposición, y que no tiene claras sus posiciones, Puente precisó que en México no se está construyendo una dictadura, sí hay focos rojos, pero sólo hay que estar atentos; no todo lo que se está aprobando en la Cámara de Diputados se aprueba en el Senado y viceversa.