Caso Venezuela: un experimento estadounidense

Doctor Adalberto Ronda Varela. Fotografía: Rubí Jacinto | Gaceta Políticas
El año 1919 fue convulso, complicado y fundamental para la historia mundial, desde que Hitler asistió a su primera reunión del entonces Partido Obrero Alemán hasta la conformación de la Sociedad de Naciones, posterior a la Primera Guerra Mundial, que consiguió la firma del Tratado de Versalles. Así introdujo Sandra Zavaleta al ciclo de conferencias, “Los desafíos de las Relaciones Internacionales frente a las grandes transformaciones mundiales a 100 años de su nacimiento: saberes, teorías y praxis”.
Estados Unidos, el gigante despierta de un sueño pasajero
El doctor Ronda Varela, académico cubano, fue quien inauguró la primera conferencia en torno principalmente a las relaciones entre Venezuela y Estados Unidos. Solicitando al auditorio poner en tela de juicio todo lo que él mismo dijera, colocó sobre la mesa una afirmación fundamental: “Estados Unidos no ha dejado de ser la hegemonía mundial”. Lo que sí ha sucedido, sin embargo, es que ha perdido espacios previamente conquistados, por lo que ahora quiere recuperarlos.
“Venezuela: epicentro de recuperación continental” y las opciones verdaderas
La recuperación estadounidenses de los espacios perdidos es más notoria en la coyuntura venezolana. Pero la estrategia de recuperación va más allá de un país o región: es una “estrategia continental”. En opinión de Varela, Venezuela es sólo un experimento que Estados Unidos pretende replicar en América Latina para extender su dominación. También recordó que se reemplazó el apoyo estadounidense directo a las dictaduras del siglo pasado por una opción más sutil, pero igual o más efectiva: el neoliberalismo. Venezuela es un golpe en la mesa: un recordatorio en el nuevo siglo.
Sin embargo, Varela expuso una contradicción toral en la retórica de Washington, una que en el fondo todos saben. “Cuando hablan de que todas las opciones están sobre la mesa, mienten; porque hay una que definitivamente no lo está: la negociación pacífica”, y continuó: “El golpe de Estado está a la puerta; aquel gran cuento de la ‘ayuda humanitaria’ quedó muy atrás”. La opción ideal, consideró, es cesar el acoso al país y permitir la autodeterminación soberana de su pueblo en la definición de su forma de gobierno.
Una izquierda desorganizada y la reintegración de México
Parte de la estrategia continental pasa por desarticular organizaciones de izquierda, de hacer inviables proyectos progresistas prometedores, como sucedió con Lula o ahora con Venezuela, aseguró. En este contexto, la derecha latinoamericana, impulsada por Washington, hoy está mucho mejor organizada que la izquierda latinoamericana. “No hay unidad en la diversidad, sino diversidad en los intentos de unidad”, comentó. «Y si no hay unión, entonces no habrá cambio en América Latina», advirtió.
Finalmente, al preguntarle sobre el pronóstico de México, el doctor Varela comentó su deseo por la reintegración de México a América Latina. Y también deseó -a pesar de la permanente presión del norte, que en su opinión ya también tiene de nuevo en la mira a Cuba-, que el presidente López Obrador consiga mejorar, si bien no todas las condiciones de los mexicanos, sí una gran parte de ellas. Recordó que, desafortunadamente y en el caso de Cuba como símil: “nosotros hemos construido el socialismo que nos han dejado construir”. Habrá que aprender algo de su experiencia.