El vacío que llenan las OSC: síntoma de abandono social

El papel de las OSC en la 4T. Fotografía:Francisco Gómez| Gaceta Políticas
«La Cuarta Transformación» ha sacudido, para bien o para mal, los cimientos del sistema político mexicano. Parte de esta sacudida gira en torno a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), que han estado presentes en la discusión mediática generada por el presidente. Sobre este y demás temas, la Facultad llevó a cabo una mesa de discusión con miembros y dirigentes de algunas organizaciones.
Pero, ¿qué es sociedad civil?
La sociedad civil es un producto histórico, por lo que evoluciona, tal como sus definiciones. Parafraseando a Bobbio, y como definición de entrada, Jorge Villalobos la considera hoy como «todo lo que no es gobierno».
Pero hay que delimitar aún más para llegar a las OSC. De ese amplio universo que es la sociedad civil, hay una parte organizada que no persigue fines de lucro y brinda servicios a terceros. Ese conjunto, según Villalobos, es lo que podemos considerar, de forma legal e histórica, como Organizaciones de la Sociedad Civil.
Las OSC están conformadas por el ciudadano; «el ciudadano que, por vocación personal, y motivado por solidaridad, indignación y/o hartazgo, participa en el bien público», comentó Villalobos. Como síntesis, Jorge Gravioto expresó: «las OSC están ahí en donde el Estado y el mercado han abandonado su papel social».
¿Qué lugar tienen en la ‘4T’?
«Lo que hay ahora es un intento de recuperación y concentración del poder; esto incluye, por supuesto, a las funciones de las OSC», consideró Nelia Tello. El anuncio de AMLO sobre el recorte a intermediarios preocupó a muchos, incluidas las OSC. En la práctica, el recorte presupuestal puede dificultar severamente su operación, advirtió Tello.
Sin embargo, Villalobos no se mostró muy preocupado. Primero, admitió que el discurso del presidente, como en otras ocasiones, no ha sido claro en cuanto al tema. Sin embargo, no ha tomado decisiones que pongan en riesgo real la existencia y permanencia de las OSC. Además de que el gobierno se ha acercado a estás para que colaboren con su programa de Jóvenes
Construyendo el Futuro, lo cual, opinó, «es una buena señal”.
«No hemos sabido cómo comunicar nuestros éxitos»
En cuanto a la discrecionalidad en el manejo de recursos, los ponentes coincidieron con que debe haber una «ruptura». Los logros no se comunican y los fracasos, que provienen de algunas OSC corruptas, adquieren mayor relevancia mediática. «El resultado es un ambiente de desprestigio», consideró Gravioto.
En este mismo sentido, las OSC no pueden olvidar que utilizan financiamiento público; «también deben rendir cuentas», comentó Alfredo Méndez, quien recomendó, contrario al recorte indiscriminado de presupuesto, una «aplicación profesional de indicadores reales de desempeño».
¿Una nueva relación con el gobierno?
Las OSC son parte efectiva del sistema político mexicano. No sólo son laboratorios de proyectos con posible trascendencia nacional, sino que muchas veces «son las promotoras del cambio social y forman parte del esquema de contrapesos democráticos», apuntó Villalobos.
Tello lo sintetizó así: del Estado de Bienestar, en donde el Estado buscaba hacerse cargo de todas las necesidades sociales, pasamos al neoliberalismo, en donde el Estado dejó todo en manos del mercado. En este contexto se multiplicaron las OSC para suplir la ausencia de ambos sectores. Lo que sigue, entonces, es la reconfiguración gobierno-OSC.
«Aquellas OSC que dependan enteramente de financiamiento público son irresponsables», matizó Méndez. Por ello, las OSC realmente no corren riesgo de desaparecer, “seguirán existiendo, se adaptarán. Lo que cambiará es la relación gobierno-sociedad», aseguró Gravioto. Finalmente, coincidieron en un punto fundamental: la confrontación no llevará a nada, lo que debe haber es sinergia y cooperación.